Con la Davis en la mira, Italia se fortalece y Argentina se preocupa
Mientras ganó Seppi en Australia, Fognini ya adelantó que en febrero se sentirán candidatos en Buenos Aires.
Como contrapartida de lo que ocurre con los jugadores italianos en el suelo de Melbourne, tan lejos quedó la alegría de los seguidores del tenis argentino por la clasificación de siete representantes en el Abierto de Australia, como la ciudad misma. Claro que la baja de Juan Martín Del Potro, sumada a la ausencia de Juan Móna- co, restaban protagonismo albiceleste en el primer Grand Slam del año, pero los siete clasificados mostraban una buena cuota, o al menos digna, de jugadores nacionales.
De esa sensación optimista sólo quedaba la esperanza depositada en Carlos Berlocq, que esta madrugada enfrentaba al francés Richard Gasquet, 18° del ranking, en un duro y complicado encuentro frente al ganador de catorce títulos ATP. Resulta que sólo el de Chascomús y Diego Schwartzman lograron avanzar a segunda ronda del Abierto, pero el porteño, luego de apabullar en un excelente partido al uruguayo Pablo Cuevas, se quedó sin energías para el en- frentamiento ante el belga Steve Darcis, donde fue superado con facilidad. Y sin esas mismas energías parecieran estar varios jugadores.
Si se aparta a Horacio Zeballos, que si bien perdió en su debut ante el croata Ivo Karlovic, realizó una muy buena presentación y obligó al subcampeón de la Copa Davis a llevar el encuentro a un largo e histórico quinto set, el desempeño de los argentinos fue notoriamente adverso: Facundo Bagnis, Federico Delbonis, Guido Pella y Renzo Olivo fueron eliminados en la primera rueda y sin presentar mucha resistencia ante el británico Daniel Evans, el estadounidense Steve Johnson, el español Ro- berto Bautista Agut y el coreano Hyeon Chung, respectivamente. Así, lo que más preocupa es que, de cara al inicio de la primera fase de la Copa Davis ante Italia, el Abierto de Asutralia arrojó resultados negativos y, sobre todo, sembró más dudas que certezas.
Resulta que es tal la trascendencia y la impronta que otorga la presencia de Juan Martín Del Potro, tanto para el equipo argentino como en cualquier competencia internacional, que la ausencia del tandilense, además de implicar una baja sustancial y evidente, resalta las falencias del resto de los argentinos y dejá al descubierto que el presente del tenis nacio- nal añora los tiempos, no tan lejanos aunque cada vez más, donde se podía disfrutar de más de un jugador dentro del top ten del ranking mundial. Ante este escenario, la torre de Tandil figura como el gran imponderable dentro de los representantes argentinos.
Para agregar a este comienzo defavorable de temporada, y con la mente puesta en el primer escollo de la Copa Davis, los italianos atraviesan un gran presente en el país oceánico y sus principales figuras no hacen más que confirmar la realidad: Andreas Seppi le quitó el protagonismo al excéntrico Nick Kyrgios, que además de sus pecualiares y grandes cualidades, tenía la cuota extra de ser local. Fabio Fognini, que esta madrugada enfrentaba al francés Benoit Paire, no solo eliminó en primera rueda al español 28° del ranking, Feliciano López, sino que advirtió diciendo que son favoritos para el match que se jugará en Parque Sarmiento. Paolo Lorenzi, el tercer italiano que quedaba en Australia y mejor preclasificado, cayó en un emocionante encuentro de cinco sets ante el reciente semifinalista del ATP de Sydney, el serbio Viktor Troicki. Por eso, con el envión anímico de resultados positivos y rendimientos mayúsculos, cruzarán el Atlántico con la mira puesta en derrumbar cualquier esperanza local.
En vistas de este marco desconcertante, el capitán de la selección argentina, Daniel Orsanic, deberá rezar entonces por la pronta recuperación mental y física de Federico Delbonis y Guido Pella y apostar al historial heroico de Leonardo Mayer en partidos de Copa Davis, donde suele dar su mejor versión, y esta vez, acrecentada por su posible cercana paternidad. Es que si el nivel de los italianos continúa en ascenso, el fervor de un público más futbolero que nunca por la alegría de haber tocado el cielo en Zagreb, será el arma principal que tendrá Argentina para ser solemne anfitriona de Italia, que llegará como gran favorito. Pero claro, el recuerdo de Pesaro, donde Delbonis le robó a Fognini el pase a las semifinales de la edición anterior, todavía está vivo y sigue clavado como una espina en el corazón de los italianos, aunque la revancha nunca sea buena...