Primera Dama de la novela
Isabel Macedo vuelve a la TV y habla de política.
En la presentación de la ficción Amar
después de Amar (o ADDA, Telefe), Isabel Macedo intenta resguardarse del aire acondicionado, en una especie de trailer alejado del salón principal del evento. Aunque en el “camarín” vidriado esté caluroso, ella se niega a subir el aire. “Estoy medio apestada”, explica, algo quejosa, mientras busca una posición donde no le pegue el sol de la tarde en Puerto Madero.
La actriz de 41 años habla de este nuevo desafío de protagonizar una tira diaria en televisión -su última aparición fue en la miniserie Fronteras, en 2015-, aunque en un formato nuevo para ella. “Ya está terminada. Estuvimos grabando seis meses, desde enero hasta mayo”, cuenta sobre la ficción que arranca este lunes 23 de enero a las 22 y que competirá con
Quiero vivir a tu lado, de El Trece. “Es diferente porque estás acostumbrado a que la vas grabando y según la repercusión que tiene se va modificando: si le va bárbaro, agregan capítulos. Fue un desafío nuevo contar la historia de principio a fin, sin la posibilidad ni la responsabildiad de revertir nada”, explica.
Claro que Macedo también hablará de su vida amorosa y de este nuevo rol como mujer y Primera Dama del Gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, quien más tarde se hizo llegó a la presentación, tal como ella suele acompañarlo en campañas y actos políticos, desde que ambos decidieron pasar por el altar el último 24 de septiembre.
En ADDA, Macedo encarna a Raquel Levin, una empresaria pesquera casada con Damián Kaplan (Federico Amador). “Tienen unos hijos adolescentes a los que ama con locura. Es bastante protectora con ellos, y está muy enamorada de él. Hasta que algo muy grave sucede. Y entonces, como en la vida, cuando te pasa algo que no esperabas, tenés que ir decidiendo cosas sobre la marcha: la posibilidad de lastimar o no, de ser bueno o malo”, describe. Y agrega: “Es alguien que confió en su marido y que la responsabilidad de lo que pasa recae absolutamente en él”. -¿Cómo construiste el personaje? -Es una mina a la que le va bien, que cuida a su familia, a su marido. No es alguien a la que van a acusar de algo, no lo va a permitir. Está cubierta por todos lados. Te puede pasar en la vida real, que hacés todo lo que vos considerás “bueno”, e igual te pasa. Ella tiene las mismas posibilidades que él de engancharse con alguien, o hacerse la linda con otro. Pero ella no es eso: su conexión es la familia y ser respetuosa con esa elección que tomó tantos años atrás. -Dejaste a un lado a la villana en tus últimos trabajos. -Sí, ya en Guapas (El Trece) y en Fron
teras (Telefe). Creo que quedó, porque hago muy bien de mala. ¿-Estabas cansada de ese rol? -No, no me cansa nada mi trabajo. Me copa trabajar, ya sea de buena o de mala. Siempre es interesante tener la posibilidad de trabajar de lo que te gusta. Soy re contra agradecida. No soy de esos actores que dicen: “Pre- fiero el cine, la tele o el teatro”.
-¿Cómo te manejás en estos elencos corales donde no hay dos figuras protagonistas, sino varios?
-Me gusta, me parece interesante. No tengo problemas de ego. La mayoría de las veces conté ese tipo de personajes entre un montón de historias. Me parece importante lo que me toca contar a mí, mi personaje. Armármelo de modo tal que yo en ningún momento de la serie tenga que dudar sobre por qué dijo tal o cual cosa. Porque si yo armé, y sé cuál es su color preferido o cómo reaccionaría ante tal cosa, no tengo ninguna duda.
-¿Cuándo arranca ese trabajo?
-Es un trabajo que yo hago antes de meterme a hacer el personaje. Ya con esa claridad, para mí, todos somos importantes. Si yo estoy trabajando con alguien que piensa que porque es el único protagonista va a contar su propio cuento, no sirve. Te sirve que todos estemos contando una parte del engranaje.
-¿Esa rigurosidad para armar tus personajes implica que sos selectiva a la hora de elegir un trabajo?
-Sí, tiene que ser algo que me llame la atención, que me dé ganas de hacerlo. Son muchas horas fuera de mi casa, muchos no cumpleaños, no festejos, no ir al jardín de la hija de tu amiga porque estás grabando. No tiene que ser lo que le guste o le parezca interesante a todo el mundo. No tengo esa visión de ‘si no es con tal actor...’ o ‘va a salir en tal pantalla’.
-Hablemos un poco de tu rol de Primera Dama. ¿Cómo te sienta?
-Bien, muy bien, me encanta.
-¿Te incomoda el mote?
Es el que es. No me incomoda porque no elegiría otro marido en el mundo que no sea él. Estoy re orgullosa de él.
-¿Cambió en algo tu manera de ver las cosas, la realidad del país? Imagino que al estar cerca de un Gobernador, la gente te debe pedir cosas.
-La gente pide muchas cosas. Pero fui criada en una familia en la que si ganabas cuatro pesos, nunca gastabas más que eso. De hecho, gastabas dos y te guardabas dos por si algún día necesitabas. Esa es mi crianza. Entonces ante algún pedido del tipo “Tenemos tanto pero nos estamos endeudando...”. No, no se hace eso. No tengo cabida para eso, porque no conozco esa manera de funcionar. Pero sí se piden cosas. En algunas, algo se puede hacer. En otras es más difícil.
-¿Te viste obligada a estar más informada sobre política?
-Siempre estoy atenta, porque me gusta saber de qué me hablan. No te digo de saber sobre temas políticos puntuales, porque esa es la vida de él, es lo que él eligió, para lo se formó. Yo lo admiro y lo respeto muchísimo, me parece súper lógico. Y creo que es de las personas más impresionantes, inteligentes que conocí en mi vida. Me gusta saber sobre los pedidos que me hacen, para ver la posibilidad de modificarle la vida a alguien. Pero es algo que nunca diría, no me interesa que se sepa. Es demasiado íntimo.
-Te preguntaba porque se te vio encabezando una campaña contra el dengue en Orán, por ejemplo.
-Ah, sí, de esas un montón de cosas. Porque me encanta acompañarlo. Es una realidad de la que está bueno formar parte. Me impacta que va a ser un hombre que va formar parte de la historia de nuestro país. Entonces siempre voy a querer ver lo que hace. Lo quiero acompañar, no como Primera Dama, sino como... ponele, si hay mujeres, no se la van a pedir nunca al Gobernador. Por ahí el trayecto es más corto si me lo tienen que pedir a mí, de mujer a mujer.
-¿Y te ves participando activamente en política en un futuro?
E-s que yo lo acompaño a él, de la misma forma que él me acompaña en algo importante como mi trabajo. Amo estar con él y compartir esos momentos porque me unen profundamente. A veces veo lo que hace y le pregunto: ‘¿Por qué esto no se sabe?’. Y él me dice: ‘Porque esto va a cambiar en veinte años, no me interesa que se sepa algo que todavía no se modificó’.
-¿Cómo qué?
-Ponele, acá está la SUBE. El pibe hace nueve años que puso la SUBE en Salta. Y los estudiantes y los jubilados no pagan. El otro día le preguntaron cómo no se supo eso. Y él dijo que no es su trabajo contar lo que hace, su trabajo es hacer las cosas para que mejore el país. Me vuelve loca, me encanta que sea así
Para mí, somos todos importantes. Si yo estoy trabajando con alguien que piensa que porque es el único protagonista va a contar su propio cuento, no sirve”. No me incomoda el mote de Primera Dama, porque no elegiría otro marido en el mundo que no sea él”.