Una era de incertidumbre
Jura hoy en Washington con un país dividido y ante la expectativa mundial.
Con espectaculares fuegos artificiales sobre el monumento más simbólico de Washington, y con la familia reunida ante un imponente Abraham Lincoln de mármol sentado a sus espaldas, Donald Trump comenzó a paladear anoche el inicio de su fiesta de asunción, que culminará hoy con la jura como 45° presidente de los Estados Unidos en el Capitolio. Con la llegada al poder del presidente más impopular e impredecible de la historia, el país se abrirá a una etapa de enor- me incertidumbre y tanto aquí como en el mundo se examinará con lupa toda acción del nuevo habitante de la Casa Blanca.
Trump y su familia llegaron al Lincoln Memorial, en un extremo del Mall, el espacio verde que atraviesa el corazón de Washington, cuando comenzaba a caer el sol. Lo esperaba una multitud desde temprano, lista para ver y escuchar por unos minutos al hombre que conducirá el país desde hoy al mediodía. Lejos de estrellas de la talla de Beyonce o U2, que participaron en la asunción de Barack Obama, los artistas que se presentaron anoche alegraron a Trump, que seguía con la cabeza el ritmo, con una sonrisa poco habitual en él.
En la otra punta del Mall, que tiene cerca de 3 kilómetros, trabajadores y fuerzas de seguridad alistaban los preparativos para el momento culminante de esta fiesta: la jura, hoy al mediodía en el Congreso. Vallas, estrados, tarimas, pruebas de sonidos, sillas plegables, perros detectores de explosivos, baños químicos, banderas por todos lados y miles de curiosos que podían acercarse unos minutos antes de que todo quedara cerrado por cuestiones de seguridad. Es tradición centenaria que los presidentes juren en las escalinatas del Capito- lio, enfrente de la gente que observa la ceremonia, como símbolo de representatividad popular.
El día será hoy bien largo para Trump. Se levantará temprano en la Blair House, la residencia de huéspedes de la Casa Blanca y luego irá a un servicio religioso a las 8.30 (hora local). Junto con su esposa Melania irá luego a desayunar con el presidente saliente y su esposa Michelle y de allí partirán todos juntos por la avenida Pennsylvania hacia el Capitolio, donde a las 11.15 (13.15 en Argentina) comenzará oficialmente la ceremonia del juramento. Allí estarán esperando el vice Mike Pence y su familia, sus ministros y todos los legisladores, salvo los más de 40 demócratas que anunciaron que no irían a la ceremonia en rechazo a las políticas sobre minorías de Trump y por las críticas que el presidente electo hizo al legislador John Lewis, considerado un ícono de los derechos civiles.
Trump eligió jurar sobre la Biblia que utilizó Abraham Lincoln, pero también lo hará sobre otra que su madre le regaló cuando egresó de la primaria. Obama, en cambio, en un gesto simbólico, prefirió una que había pertenecido a Martin Luther King. Tras la investidura, Trump dará un discurso y hay gran expectativa por qué tipo de mensaje ofrecerá a los estadounidenses y al mundo: ¿será el hombre que dispara contra minorías y todo el que opina diferente? ¿ O adoptará un estilo más moderado y unificador, como muchos esperan?
Se sabe que él ha trabajado en el contenido durante más de un mes, en su residencia de Mar –a –Lago en Florida y que durará aproximadamente 20 minutos. A Trump no le gustan los mensajes largos. Dijo que se inspiró en el estilo de Ronald Reagan pero que tendrá objetivos ambiciosos como el de John F. Kennedy.
Más allá de quien sea su modelo, hay una enorme incertidumbre sobre qué rumbo tomará porque el gran desafío de Trump es sanar la enorme división que hay en el país y que se ha acrecentado tras su triunfo. El venció en el Colegio Electoral, pero per-