Barack Obama
La nueva mansión de los Obama, en un exclusivo barrio de Washington
Presidente de EE.UU.
El día del adiós
Hoy deja la Casa Blanca. En su última gestión, firmó más acuerdos con Raúl Castro para afianzar el deshielo. Junto a su esposa, desayunan esta mañana con Donald Trump. Y luego, le entrega el mando.
Se llama Kalorama, pero ya se lo conoce como el barrio de los poderosos. Este lugar de Washington que solía ser muy tranquilo, con calles arboladas y mansiones de estilo a sólo 3 kilómetros de la Casa Blanca, se ha revolucionado estas últimas semanas. Camiones de mudanzas, intensos movimientos del servicio secreto, obreros que trabajan febrilmente contrarreloj: estos días llegan al barrio nada menos que la familia del ahora ex presidente Barack Obama y la hija favorita del presidente que asume hoy, Ivanka Trump.
Los Obama eligieron la mansión hace meses. Si bien ya está prácticamente lista, ellos prefirieron irse a tomar un poco de sol antes de habitarla. Ayer se supo que minutos después de que termine la ceremonia de asunción en el Capitolio, se irán al menos un fin de semana a Palm Spring, en California, a la casa de quien fue decorador de la Casa Blanca, Michael Smith. Y seguramente le pedirán consejo para el nuevo hogar.
Si bien Barack y Michelle son de Chicago, se quedarán en Washington hasta que su hija menor, Sasha, termine el secundario en un prestigioso colegio, donde también iba la hija de Bill y Hillary Clinton. La primogénita, Malia, egresó el año pasado, irá a Harvard el próximo y en el medio se tomó un año sabático para viajar con su familia. La mamá de Michelle también se mudará con ellos.
Comodidades no les faltarán. La familia que dejará hoy la Casa Blanca eligió una lujosa mansión de ladrillo a la vista y techos altos, valuada en
unos 5 millones dólares construida en 1920. Tiene unos 800 metros cuadrados, 9 habitaciones, 8 baños completos, pisos de madera y mármoles, y, sobre todo, amplios jardines, terrazas y capacidad como para guardar unos 10 autos. En la puerta había estos días un camión de mudanzas que bajaba con delicadeza estanterías y sillones. Se veían entrar y salir trabajadores que estaban poniéndola a punto y también a agentes del servicio secreto que vigilan cada detalle de seguridad. Con cara de pocos ami- gos, invitaban a retirarse a cualquier curioso que quisiera acercarse.
Los Obama dejarán formalmente la Casa Blanca hoy por la mañana, luego de que reciban a Trump y a Melania para tomar un desayuno y vayan todos juntos al Capitolio para la ceremonia de juramento. En el lapso de unas 5 horas que suele durar el evento, las mudadoras se llevarán todo lo que resta de las pertenencias de Obama y traerán todo lo necesario para la familia Trump.
A menos de dos cuadras de donde irán a vivir los Obama se mudarán Ivanka Trump, su marido Jared Kushner y sus tres pequeños, Arabella, Joseph y Theodore, a otra cotizada casa de Kalorama. La familia viene de la mucho más ruidosa Nueva York a este barrio tranquilo para estar cerca de papá Donald pero también del trabajo de su marido: Kushner, un rico empresario inmobiliario que fue vital en la campaña del presidente electo, será asesor principal de la Casa Blanca.
La familia Kushner-Trump se instalará en una mansión un poco más pequeña que la de los Obama pero igualmente lujosa: está recién remodelada, tiene 600 metros cuadrados, 6 baños y jardines. La decoración es sobria, con paredes pintadas de blanco, lejos del estilo de mármoles y dorados del penthouse de Donald Trump.
La casa, de 94 años de antigüedad, está valuada en 5,5 millones de dólares. Ivanka anunció que dejó la conducción de su empresa de moda para que no haya conflicto de intereses y también poder dedicarse a la adaptación de sus hijos a la nueva vida. Una de las ventajas para la familia fue la cercanía de una de las más grandes sinagogas de la ciudad. Kushner es judío ortodoxo e Ivanka se convirtió al judaísmo cuando se casó con él.
Además, hubo otra noticia para el vecindario: hace pocos días se supo que el misterioso comprador de la casa más grande de Washington –el ex Museo Textil- era Jeff Bezos, el dueño de Amazon y The Wahington
Post. El magnate la compró de forma anónima en octubre por 23 millones de dólares y la someterá a tareas de remodelación para usarla con su familia cuando venga a Washington, ya que vive en la otra punta del país, en Seattle.