Millonarios, hombres y blancos, el perfil del nuevo gabinete
Ministros. Solo hay tres mujeres, un afroamericano y, por primera vez en 30 años, ni un solo latino. Representan al ala más conservadora del Partido Republicano.
Más viejos, más blancos y más millonarios que nunca. Así es el gabinete con que Donald Trump gobernará a partir de hoy EE.UU. Un cuerpo de funcionarios en el que solo hay tres mujeres, un afroamericano y, por primera vez en 30 años, ni un solo latino. Varios de los elegidos tienen en común los millones de dólares y la ideología: representan al ala más conservadora del Partido Republicano. No es la única contradicción en el equipo del magnate que prometía “drenar el pantano” de Washington: cada uno de los nominados viene con sus propias incongruencias.
El caso de Rex Tillerson (64), el canciller, es paradigmático. Desde 2006 presidía ExxonMobil, una petrolera con fuertes inversiones en Rusia. Vladimir Putin, el presidente que ordenó hackear el sistema informático del Partido Demócrata para favorecer a Trump, incluso lo llegó a nombrar “ami- go de Rusia” en 2013.
El nombramiento del banquero multimillonario Steven Mnuchin (54) como ministro de Economía también es polémico. Hizo su fortuna en Goldman & Sachs y gestionando fondos de inversión de riesgo cuyos beneficios crecen con la desregulación financiera, buena para Wall Street y extremadamente peligrosa para la economía real.
En Justicia, la elección del ex senador por Alabama Jeff Sessions (70) es una muestra de la coherencia de Trump en su desprecio a los inmigrantes: ultraconservador y acusado de racismo, Sessions es el que dijo que los inmigrantes sin papeles debían “autodeportarse”.
El multimillonario Andrew Puzder (66), al frente de un Ministerio de Trabajo que hasta ahora defendía los derechos del trabajador, se distingue por su rechazo a subir el salario míni
mo. Una postura comprensible: viene de dirigir dos cadenas de comida rápida, el sector donde más creció la lucha por mejorar los salarios muy bajos en esa actividad.
Tom Price (62), el próximo Ministro de Sanidad, protagonizó un escándalo cuando como congresista propuso una ley que beneficiaba a una empresa médica en la que tenía acciones. A Trump le gusta por su rechazo a la reforma conocida como “Obamacare”, por la que 20 millones de personas accedieron a la salud .
El nombramiento del general retirado James Mattis (66) en el Pentágono es uno de los pocos que no hace temblar a los liberales, por sus conocimientos, responsabilidad y sentido de servicio público.
El multimillonario Wilbur Ross (79) en Comercio, que como Trump cree en el proteccionismo, hizo fortunas comprando textiles y siderúrgicas en crisis, a las que vendía con beneficios tras su reestructuración (uno de los eufemismos para los despidos masivos).
John Kelly (66), en Seguridad Nacional: pasó 40 años en los Marines, luchó en Irak y dirigía hasta hace poco los operativos en Sudamérica, Centroamérica y el Caribe. “Una barrera física, por sí sola, no basta”, dijo so-- bre el muro de Trump.
En Vivienda, el neurocirujano Ben Carson (65) ostentará el honor de ser el único afroamericano de la Administración Trump: cree que las casas financiadas por el gobierno no son buenas porque hacen a la gente de
pendiente. En Educación, la multimillonaria Betsy DeVos (59), quiere terminar con la financiación nacional de las escuelas públicas. Y en Energía, Rick Perry (66) tendrá el raro placer de dirigir un Ministerio que en 2011 pedía abolir.
Fuera del gabinete también hay cargos polémicos: Scott Pruitt (48), un negacionista del cambio climático, dirigirá la Agencia de Protección Medioambiental. Mike Pompeo (53), un ultraconservador cuyas respuestas sobre el uso de la tortura hicieron dudar al Senado, mandará en la CIA. Jared Kushner (36), entre cuyos méritos figura haberse casado con la hija de Trump, será el consejero principal del presidente; y Stephen Bannon (63), acusado de supremacismo blanco y partidario de aliarse con Rusia para frenar al ISIS, jefe de estrategia.