Clarín

Desesperac­ión bajo los escombros “Ayuda, ayuda, nos estamos muriendo de frío”: el inquietant­e mensaje de una pareja

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“Ayuda, ayuda, nos estamos muriendo de frío”: éste es el breve mensaje telefónico enviado por una pareja desde el hotel que quedó sepultado por un alud a los pies del Gran Sasso, en Italia.

Las declaracio­nes y relatos que poco a poco se fueron conociendo ayer en el resort de 4 estrellas Rigopiano, a dos mil metros de altura, son aterradore­s.

“Estoy a salvo porque había ido a buscar una cosa a mi automóvil”, contó a los médicos Giampiero Parete, de 38 años, quien en la madrugada lanzó la alarma por la avalancha que arrasó al hotel Rigopiano. Su esposa y sus dos hijos estaban ayer a la tarde bajo los escombros del hotel.

“Llegó el alud -dijo a los médicos del hospital donde está internado, con heridas- y yo quedé sumergido por la nieve, pero logré salir. El automóvil no fue sepultado y esperé en su interior la llegada de los socorrista­s”.

Tras la avalancha, el hombre mandó un mensaje a un amigo, Quintino Marcella, en el que con- taba que “el hotel se derrumbó”.

“Por suerte ahora Giampalo ha sido internado pero está muy preocupado por sus dos hijos, de 6 y 8 años, y por su mujer Adriana”, contó Marcella.

En el momento de la avalancha, precisó, “tanto Giampiero como los otros huéspedes del hotel se encontraba­n en el hall, ya habían pagado la cuenta y se estaban por retirar del lugar”. Todos los clientes del hotel, en total 22 personas, “estaban a punto de partir y esperaban la llegada del vehículo quitanieve­s: primero les dijeron que iba a estar allí a las tres de la tarde, luego a las siete”, agregó el hombre.

El hotel fue casi completame­nte barrido por una avalancha provocada por el terremoto en la zona, explicó el geólogo Gian Gabriele Ori, de la Universida­d Gabriele D’Annunzio, de Chieti. “El temblor fue la chispa que activó al fenómeno”, señaló. Y esto se sumó a la gran acumulació­n de nieve en los techos .

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