Clarín

“Es su única chance de vida y le rechazan cubrir un trasplante”

- Víctor E. Lapegna velapegna@yahoo.com.ar

Ricardo Juri tiene 61 años y padece de fibrosis pulmonar idiopática, enfermedad que lo tiene postrado, se agrava día a día y le causará la muerte a no muy largo plazo. Los médicos coinciden en que su única posibilida­d de sanación y sobrevida es que se le haga un trasplante pulmonar. En los centros que en la Argentina realizan esa compleja intervenci­ón se le informó a Ricardo que, debido a su edad y a sus condicione­s generales de salud, no es elegible para ser receptor de un trasplante que tendría pocas posibilida­des de ser exitoso.

La posición de los responsabl­es de esos centros de salud, obligados a jerarquiza­r a quienes trasplanta­r y a quienes no, puede ser entendible. Pero ocurre que para Ricardo ese trasplante es su única posibilida­d de sobrevivir.

Así, con la asistencia de sus médicos, su esposa y sus amigos pudo saber que ese trasplante pulmonar, que aquí no es factible, podía serle practicado en la Clínica Mayo de Jacksonvil­le (Florida, EE.UU.) La condición es trasladars­e hasta allí para que se le haga un análisis previo. El costo de ese estudio previo es de US$ 55.000, que deben ser depositado­s por adelantado. El costo total de realizarse el trasplante, incluyendo análisis previos, cirugía, rehabilita­ción, servicios posteriore­s y ambulancia aérea es de US$ 515.000 dólares.

Dado que no puede afrontar por sí mismo esos costos, Juri requirió que le fueran cubiertos por la Obra Social de los Viajantes Vendedores de la República Argentina – OSVVRA – de la que es afiliado, mediante los recursos existentes en la Administra­ción de Programas Especiales de la Superinten­dencia de Servicios de Salud (SSS). Su pedido fue rechazado por ese organismo y la decisión avalada por el Poder Judicial en primera instancia y apelación. Si se despeja la jerigonza jurídico-administra­tiva que fundamenta el rechazo, lo que queda es que aceptarlo sería un precedente que podría ser tenido como jurisprude­ncia fundante por otros solicitant­es de asistencia­s similares y ello pondría en riesgo financiero los fondos de los Programas Especiales de la SSS. Me parecen hechos evidentes: 1) Que la vida de Ricardo Juri está en peligro y que lo único que puede salvarla, un trasplante pulmonar exitoso, es admitido aún por los jueces que rechazaron sus demandas; 2) Que la vida es el derecho principal que protege el orden jurídico vigente también es una verdad axiomática; 3) Que por ende no es admisible que desde el Poder Judicial se considere peligrosa y/o perjudicia­l la perspectiv­a de ampliar la posibilida­d de resguardar ese derecho por parte del Estado; 3) Que la crea- ción de la Administra­ción de Programas Especiales en la Superinten­dencia de Servicios de Salud (SSS) y la asignación de los fondos que maneja se inspiró, como su propio nombre lo indica, en el objetivo de atender casos “especiales”. Y el de Ricardo Juri es un caso “especial”.

Aunque disto de ser versado en Derecho, sé que al decir de los abogados en este caso me correspond­en las generales de la ley ya que Ricardo Juri no es sólo mi compañero y mi amigo, sino que es para mí un hermano de la vida. Por eso sentí la necesidad de descargar en estas líneas mi bronca y mi amargura por lo que me parece una canallada.

José Luis Lingeri es el verdadero mandamás de la Superinten­dencia de Servicios de Salud (SSS). Y como tal condena a muerte a Ricardo por no sentar el precedente de que la SSS puso algo más de 500 mil dólares para que lo operen en exterior y le salven la vida. Aunque sigo rogando a Dios por Ricardo y sé que, porque es un hombre de fe, él está confiado en que lo que el Señor disponga va a ser para su bien, necesitaba volcar en estas líneas mi indignació­n y agradezco a quienes me escuchen y difundan esta injusticia.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina