Clarín

“La Piba” que se convirtió en abuela

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El apodo con el que el poderoso Hugo Moyano chicaneaba a Patricia Bullrich cuando era ministra de Trabajo del gobierno de la Alianza e intentaba meterse con los sindicalis­tas ya le queda viejo. Pasó tiempo desde el 2000 y aquella “Piba” lo único que le despierta hoy una sonrisa sin tensión es cuando habla de sus nietos. Son los mellizos de tres años y el más chico de dos por los que es capaz de suspender la siesta del fin de semana y cuando no puedo verlos por varios días los lleva al Ministerio de Seguridad, en el exclusivo barrio de la Isla. Esa oficina es el último destino de un recorrido político variado como pocos. Hija menor de una de las familias de las llamadas “tradiciona­les”, por su madre Pueyrredón Luro, asegura que eso tiene poca importanci­a porque desde chica era “muy rea”. Esa condición, insiste, la llevó a los 15 años a dejar su puesto en una gira de hockey por Francia para salir a militar en la Juventud Peronista por el barrio de Mataderos. Estuvo muy cerca de Montoneros. Estuvo en Ezeiza cuando empezaron los tiros en el regreso de Perón y en la Plaza de Mayo cuando “el general” echó a Montoneros. Durante la dictadura pasó un tiempo en la clandestin­idad. De ese tiempo le quedó grabado un momento: cuando tuvo a su hijo en el Sanatorio Antártida bajo nombre falso. “Fue terrible”, repite y no puede contar demasiado más porque se nota que el momento la perturba. Con el resto de su pasado o presente no se le escapan emociones. Después de la clandestin­idad llegó el exilio. Con la vuelta de la democracia inició su carrera política actual. Pasó de Cafiero a Menem; de Duhalde a la Alianza de Fernando de la Rúa, fue cuando firmó la reducción del 13% a las jubilacion­es. Después quiso ser presidenta y fundó un partido, Unión por Todos. No le alcanzó y, en diciembre de 2002, bajó su candidatur­a. Fue por el gobierno de la Ciudad. Quedó en cuarto lugar en la primera vuelta. Insistió en 2005 en el distrito porteño como diputada nacional. Ahí dijo que Macri era un peligro y que Kirchner nunca tuvo estatura para presidente. El tiempo pasó y a las palabras parecen que sí se las llevó el viento. Integró la alianza de Cambiemos y Macri la convocó para ocuparse de la Seguridad de los argentinos. Muchos la cargan porque las vueltas de la vida la devolviero­n a su origen “paquete”: hay dos Bullrich en el gabinete. Ella le quita importanci­a. Dice que le parece que eso no existe, que no es así. “La Piba” ya es abuela.

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