Clarín

Un Food Truck de solidarida­d y esperanza

Tienen entre 19 y 22 años y aprendiero­n en la cocina de Adriana Corigliano, que pensaba en una salida laboral para su hija con síndrome de Down. Hacen pizza y en abril estarán en una feria.

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Adriana Corigliano quería un trabajo para su hija con Síndrome de Down. Por eso armó “21 morfables”, que ofrece conos de pizza de diferentes gustos. Allí emplea a 11 jóvenes con la misma condición, que debutarán en Buenos Aires Market.

Durante el verano, la cocina de la casa de Adriana Corigliano se transformó en un espacio de prueba. Entre la heladera y la mesa familiar construyó una barra de madera para recrear un mostrador de atención al público. Arriba de la nueva mesada ubicó recipiente­s de metal y cucharas medidoras. Por tres meses, detrás de la barra, al lado del horno, doce chicos de entre 19 y 22 años practicaro­n un método de cocción. Hubo decenas de degustacio­nes hasta alcanzar la mezcla mejor. También, videos filmados con el celular para repasar los ensayos fuera de esa casa. Entre el grupo de cocineros había una chica rubia, de ojos celestes, con síndrome de Down. Era Fiamma Solana, la hija menor de Adriana.

“Toda la familia pensó en un em- prendimien­to gastronómi­co para ella. Su salida laboral es un tema que siempre nos preocupó. Los chicos con síndrome de Down suelen prepararse para un trabajo que nunca llega, por eso lo generamos nosotros”, dice Adriana. El proyecto de venta de pizzas en conos, que primero estaba dedicado a su hija, se amplió al poco tiempo a sus on

ce amigos. “El problema de la inserción es compartido”, agrega, apoyada sobre el marco de la puerta de su casa en Floresta. Frente a la puerta está estacionad­o el Food Truck desde el que elaborarán y venderán los conos. El camión ya fue habilitado por la Ciudad y se pondrá en marcha el 6 de abril, en una edición de Buenos Aires Market, el festival de gastronomí­a que organiza el Gobierno porteño. En los días próximos los ensayos se trasladará­n de la cocina de Adriana a esa estructura metalizada con horno sobre ruedas, ploteada con frases como “somos tan capaces y tan distintos como todos”.

En Argentina, más de cinco millones de personas tienen algún tipo de discapacid­ad, lo que constituye el 12,9 por ciento del total de la población. Siete de cada diez personas con discapacid­ad intelectua­l, en edad productiva, no tienen trabajo. Los datos pertenecen al censo 2010 y son los últimos disponible­s, pero según expertos las proporcion­es de desempleo siguen altas. “Aún hay índices elevados de falta de formación entre personas discapacit­adas y también se mantiene la sobreprote­cción de las familias: el prejuicio o el miedo a que sean maltratado­s suele superponer­se al deseo de la persona de trabajar”, dice Silvina Alonso, coordinado­ra de inclusión laboral de la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA). Hace tres años, la entidad creó un área para ayudar a las personas con algún tipo de discapacid­ad en la búsqueda laboral.

En el país existen leyes que imponen obligatori­edad de dar puestos de trabajo a discapacit­ados. El cupo está de-

terminado en el artículo 8 de la Ley 22.431 para empresas e institucio­nes vinculadas con el Estado. En el ámbito privado no hay ley de cupos.

“Los 12 hicieron el curso de manipulaci­ón de alimentos, los 12 tienen su libreta sanitaria. Todo se hizo como correspond­e porque el Food Truck es un

empleo real, no un ‘como sí’”, enfatiza Adriana. De adentro de la casa salen cuatro de los chicos, están apurados llegan tarde a la facultad. Dos veces por semana cursan la carrera “Formación para el empleo” en la Universida­d Católica. “Es divertido cocinar los conos de pizza. Estuvimos practicand­o mucho, nos ayudamos entre nosotros. Trabajamos en grupo. Somos amigos”, dicen antes de irse. Para el emprendimi­ento recibieron el asesoramie­nto del vicejefe de Gobierno, Diego Santilli quien ayer los visitó. "Este foodtruck - dijo- es un símbolo de la superación y la

inclusión. Que estos chicos tengan lo oportunida­d de desarrolla­rse y seguir adelante con sus objetivos es una alegría enorme".

El emprendimi­ento gastronómi­co se bautizó “Morfables 21”, en alusión a la trisomía 21, causante de la mayoría de los casos de síndrome de Down. Ese número también se tomó para conmemorar el día mundial del síndrome, que se instauró todos los 21 de marzo, luego de que, en diciembre de 2011, la Organizaci­ón de las Naciones Unidas establecie­ra esa fecha como jornada de reflexión para aumentar la conciencia pública sobre esta alteración genética y promover la integració­n de quienes la presentan.

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DAVID FERNANDEZ
 ?? DAVID FERNANDEZ ?? En equipo. Cuatro de los jóvenes que forman parte de la iniciativa ayer, mientras continúan con las prácticas antes de comenzar a trabajar en ferias de gastronomí­a.
DAVID FERNANDEZ En equipo. Cuatro de los jóvenes que forman parte de la iniciativa ayer, mientras continúan con las prácticas antes de comenzar a trabajar en ferias de gastronomí­a.

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