Redivo, la joya revulsiva de ese proyecto con aire fresco que es Bahía Basket
El entrenado ojo de Juan Ignacio Sánchez lo percibió desde temprano, aunque no fue el único: a los 16 años, Lucio Redivo ya jugaba en la Primera del Club Atlético Pacífico, institución histórica de Bahía Blanca. Alcanzó que lo vieran durante algunas semanas de pruebas para que le ofrecieran ser parte de ese proyecto llamado Bahía Basket, que, privilegiando el desarrollo de los jóvenes, se metió en la final de la Conferencia Sur de la pasada Liga Nacional, en la final de la Liga Sudamericana y en la final de Liga de las Américas.
Su historia no es la del meteórico ascenso ininterrumpido. Lo detalla el escolta, en la charla con Clarín: “Cuando arranqué en Bahía y vi esa clase de jugadores y el nivel que tenían, al principio me costó mucho. No podía ni sacar el tiro. Pero me fui preparando de a poco. Al ser petiso y de físico chico, traté de mejorar la velocidad y la rapidez al tirar, y fui progresando hasta que me dieron la oportunidad. Ahí traté de aprovecharla al máximo”. Vaya si la aprovechó Redivo, goleador de la Liga de las Américas, con un promedio de 22,1 puntos en casi 34 minutos por partido (jugó los ocho). Y en la Liga Nacional es el segundo anotador de su equipo (15 tantos) y promedia 3,1 asistencias en 31 minutos. Para llegar a estos
Jugar la Copa Stankovic con la Selección me sirvió mucho. Haré todo lo posible para volver a ser convocado”
números, Redivo dio sus primeros pasos en la Liga de Desarrollo, cuyas dos primeras ediciones, no casualmente, fueron ganadas por Bahía Basket, equipo que supo sacarle el jugo tal vez como ningún otro. -¿Cuánto te sirvió foguearte en ese torneo? -Mucho. Entrenarme con el equipo mayor y con el de la Liga de Desarrollo me daba la chance de que lo que no podía hacer en la Liga Nacional, intentaba hacerlo y mejorarlo en la de Desarrollo. Así corregía cosas para aplicarlas de a poco en la Liga. -¿Qué tanto te llega lo que ya se habla de vos en el ambiente? -Me pone contento y me hace sentir agradecido con quienes confían en mí, pero tengo muy claro que tengo muchísimas cosas por mejorar. A veces no debería apresurarme en algunos tiros. Debería mantener más la intensidad durante todo el partido. Es difícil, porque a veces te cansás, tenés rivales que juegan y por ahí están en un nivel alto. Y también quiero estar más concentrado en la defensa.
El escolta bahiense es parte de una lista de jóvenes perimetrales que rinden en gran forma en el básquetbol argentino. “Hay un montón de jugadores y muchos con experiencia. Pero me gusta medirme y aprender de ellos también”, reconoce Redivo, quien se asume como un estudioso del juego. “Miro muchísimo básquetbol; a veces me la paso viendo partidos todo el día”, relata. -¿Y qué jugadores te gustan más de los que juegan en tu posición? -De acá, Paolo Quinteros. Por la posición y por su altura, miro mucho cómo juega, cómo se mueve, qué hace. De afuera, me gusta mucho Jaycee Carroll, del Real Madrid, y Patty Mills, de San Antonio Spurs. También Nico Richotti. Pero el que más miro es J. J. Redick, de Los Angeles Clippers. -Pepe Sánchez dijo que, por tus condiciones, tenés que irte a fin de temporada para probar tu juego en un nivel más alto. ¿Qué te genera? -Me gustaría tener la experiencia de lo que es otro nivel y otro lugar. Pero ahora trato de estar concentrado en mi equipo. Cuando llegue el momento, veré qué hacer. Hoy mi prioridad es seguir progresando y darle todo lo que pueda a Bahía.