“Tenemos que educar a los norteamericanos”
La mexicana, que acompañó a Sean Penn a entrevistar al Chapo Guzmán, estrena Ingobernable.
Hay algo en el gesto con el que Kate del Castillo se desparrama en el sillón de la suite de The New York Edition, el hotel en el que recibe a la prensa para presentar Ingoberna
ble, serie que estrena hoy en Netflix. La mirada superficial la acerca más a Emilia Urquiza -la primera dama de México que termina envuelta en una trama de suspenso en la tira- que a la mujer que se internó en la selva mexicana junto a Sean Penn para entrevistarse con El Chapo Guzmán, jefe del Cartel de Sinaloa, cuando todavía estaba prófugo de la Justicia. Pero, otra vez, el gesto.
-Política, género... Es un proyecto que reúne muchos de los temas que se discuten por estos días.
-Cuando me ofrecieron el proyecto me encantó la historia, pero también el hecho de que nunca nadie había hecho de primera dama mexicana hasta ahora y me daba curiosidad esto de poder adentrarnos en Los Pinos (la residencia oficial de Ciudad de México) y ver qué sucede ahí adentro. Para una actriz es una oportunidad padrísima, un personaje tan rico en lo que hace a la pri- mera dama pero también como mujer, qué pasa dentro de su cama, en su familia, con sus hijos. Y luego todo se va... a la mierda.
-En House of Cards empezamos a ver el rol de la Primera Dama desde otro lugar. En la última campaña política en la Argentina las esposas de tuvieron un rol destacado
-Las mujeres estamos teniendo cada vez más presencia en el mundo en general y de todas las mejores maneras posibles. Es un momento interesante para esta serie, un momento político interesante para México, para los Estados Unidos y para el mundo finalmente. Es una oportunidad de adentrarnos a mostrar un México tal vez un poco diferente de lo que se ha visto hasta ahora.
-¿Latinoamérica se consolida como exportador de contenidos?
-Somos ricos en cultura, en historia. Estados Unidos es un país nuevo, por así decirlo. Entonces, ¿cómo no se van a enamorar de nuestra cultura? Ahorita estuve de jurado para los premios Fénix, estoy viendo un montón de cine latinoamericano y no le debemos nada a nadie.
-Mencionabas el cambio en los roles de las mujeres...
-Los estereotipos, sí. Totalmente. Tenemos que educar a los norteame- ricanos, que sepan que existimos argentinos y mexicanos y portorriqueños y que no somos todos primos.
-Es un momento importante para hablar de México en los Estados Unidos. ¿Sentís el peso de tener que asumir esa voz?
-Como actores en general tenemos la responsabilidad de lo que decimos o hablamos o actuamos. Ahora, también es padre poder tener un personaje exquisito. Como mexicana también estoy esperando que si voy a hacer de primera dama de México se hable de los problemas del país. Aunque se trate de una ficción.
-Otra vez aparece la cuestión del rol de la mujer en este contexto.
-Imagínate, y más con este tarado del 45 (por Donald Trump), las mujeres nos tenemos que apoyar. Si no nos unimos, nos van a hacer a un lado como ya lo están haciendo, nos van a volver a tratar como si fuéramos un objeto. Se me enchina la piel cuando pienso en la marcha que se hizo (el 12 de febrero). Pero también, el 52 ó 53 por ciento de las mujeres fueron a votar por ese señor.
-Escribiste Tuya, un libro sobre violencia de género, otro tema que está en el eje del debate público.
-Nada peor que verte reflejado en otro, odias a esa persona pero realmente te estás odiando a tí mismo, es verte del otro lado y pensar en cómo aguantaste todo eso. Los latinoamericanos juzgamos mucho. Nos llevamos la impresión y juzgamos en lugar de unirnos y luego juzgar.
-¿Volvés a México?
-Por el momento me quedo aquí para evitar problemas (se ríe). No puedo legalmente, pero tampoco tengo ganas, así que mientras me dejen aquí... Ya veo que se me complica eso y ahí ya no sé...