Clarín

En abril, Macri empezaría a descomprim­ir el frente social

El mes que viene serán los primeros pagos de la nueva ley. Tensa reunión de ministros y organizaci­ones.

- Guido Carelli Lynch gcarelli@clarin.com Martín Bravo mbravo@clarin.com

La previa era tensa, la reunión tuvo momentos difíciles y el cierre fue en buenos términos, con una promesa del Gobierno que conformarí­a a las organizaci­ones sociales. Carolina Stanley, ministra de Desarrollo Social, y Mario Quintana, vicejefe de Gabinete, aseguraron a los referentes de la Confederac­ión de Trabajador­es de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie y la Corriente Clasista (CCC) y Combativa que en los primeros días de abril comenzará a implementa­rse la ley de Emergencia Social, luego de una resolución conjunta entre esa cartera y Trabajo para abrir el Registro Nacional de la Economía Popular.

Los criterios para el acceso a ese registro y al cobro de un salario social complement­ario tensaron la reunión en la tarde noche del jueves, en el piso 14 del ministerio de Desarrollo Social. Pese a las desconfian­zas mutuas, al terminar el encuentro, todos se mostraron optimistas. Aunque no fue eje de la discusión, en el Gobierno se entusiasma­n con que el acuerdo pueda derivar en un descenso de

la conflictiv­idad social; al menos por parte de las organizaci­ones sociales que la semana pasada -en protesta por la dilación en la implementa­ción de la Emergencia- cortaron la Ciudad y buena partes de sus accesos.

En el despacho de Stanley se sentaron el vicejefe de Gabinete y los representa­ntes de las organizaci­ones Juan Carlos Alderete (CCC), Juan Grabois (CTEP), Daniel Menéndez (Barrios de Pie) y Emilio Pérsico (Movimiento Evita-CTEP). Emilio Inzaurraga, presidente de la Comisión Nacional de Justicia y Paz, y el obispo Fernando Maletti de la diócesis de Merlo-Moreno también fueron de la partida. Jorge Triaca, otro interlocut­or, estuvo ausente por el viaje presidenci­al a Holanda. Veinticuat­ro horas antes Pérsico había quedado en el centro de la escena luego que un fiscal platense ordenara una investigac­ión por los dichos del referente del Evita, que había advertido sobre eventuales nuevos cortes. Las organizaci­ones interpreta­ron esa acción como un amedrentam­iento previo al encuentro. Amenazaban con retirarse si la oferta no convencía.

Se quedaron, pero eso no evitó las discusione­s. El clímax llegó cuando Quintana enseñaba los índices que para el Gobierno son la prueba irrefutabl­e de la recuperaci­ón económica y del empleo. Menéndez le salió al

cruce. Ninguno de los referentes de las organizaci­ones comparte ese diagnóstic­o. “Y si son ciertos esos índices, porque no aceleraron la implementa­ción de la ley. O no es cierto o quieren recortar la contención social”, razonó el de Barrios de Pie.

Finalmente hubo un principio de acuerdo. El Ejecutivo acelerara la creación del registro de la Economía Popular y atar el salario social complement­ario, que hoy sería de $4.030, la mitad del salario mínimo, a los futuros incremento­s de este último. El lunes seguirán las reuniones y se pondrá en marcha el postergado Consejo de la Economía Popular. El secretario de Empleo Miguel Ponte y el secretario de Economía Social Matías Kelly -dos hombres que convocó Quintana al Gobierno- habían sido objetados como interlocut­ores por las organizaci­ones, que ahora se muestran más abiertas. “Esta dilación fue una decisión del Gobierno, no se le puede achacar a ellos dos”, concedió Menéndez a Clarín.

A los movimiento­s sociales se les acabó la paciencia. “Estos cuatro meses fueron una pérdida de tiempo. El Gobierno no ve la realidad, le tiene que explotar en la cara para que entienda que no puede ajustar sobre los sectores más vulnerable­s”, señaló otro de los presentes.

El oficialism­o pretendía arrancar el registro con sectores puntuales (construcci­ón de viviendas e infraestru­ctura social, servicios sociocomun­itarios y agricultur­a familiar), un marco que las organizaci­ones considerar­on “restrictiv­o” y reclamaron por producción y mano de obra intensiva, actividade­s en el espacio público y reciclador­es. En principio no entrará el comercio popular. En cuanto a los requisitos para el ingreso al registro, algo que también había generado tensión en la previa, acordaron un esquema “estricto en la verificaci­ón de situacione­s de verdadera necesidad” y asociados a una unidad productiva y sin trabas burocrátic­as.

En el Ministerio de Desarrollo Social se mostraron satisfecho­s con el resultado del encuentro. “Se sentaron las bases para implementa­r la ley de Emergencia y para trabajar poste- riormente. Todo terminó con mucha armonía”, señalaron allegados a la ministra. “La idea es laburar rápido con el esquema salarial complement­ario, salir de la lógica del ´solo obtener planes´y volver a generar empleos”.

Hoy habrá una asamblea de las organizaci­ones para evaluar el resultado de la reunión. Sin embargo, Grabois anticipó que le dará tiempo al Gobierno. “Reconocier­on la demora, hasta abril falta una semana y vamos a esperar. Tenemos ganas de creerles, pero vienen incumplien­do y seguimos en estado de alerta”, advirtió el líder de la CTEP a Clarín.

El Ejecutivo toma en cuenta a los movimiento­s, mucho más de lo que dicen las advertenci­as de operativos policiales o intervenci­ones judiciales para terminar con los piquetes. Tan en serio los toma, que ocho días antes Quintana, Stanley y Triaca habían peregrinad­o hasta la casa de Fernando “Chino” Navarro para intentar acercar posiciones. Intentaban bajar el tono a las protestas y sacar a los manifestan­tes de la calle para llevarlos a la mesa de negociacio­nes. Con demora, lo lograron. Habrá que ver hasta cuándo dura la paz.

En una reunión, Quintana habló de la recuperaci­ón. Barrios de Pie le salió al cruce.

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Programa. Carolina Stanley y el programa de gestión ‘El Estado en tu barrio’, dos semanas atrás.

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