Clarín

El atacante de Londres, un profesor que se convirtió al islamismo y se radicalizó

Era británico y tenía 52 años. Había estado dos veces en la cárcel por hechos violentos con armas blancas.

- LONDRES. AFP, AP, DPA Y EFE

Las autoridade­s británicas están desconcert­adas con el pefil del autor del atentado del miércoles pasado en Londres, con un saldo de cuatro muertos y más de 40 heridos. Khalid Masood es un profesor británico de 52 años, con un pasado violento y algunos actos delitivos menores, que se radicalizó en muy poco tiempo tras convertirs­e al islamismo.

Su nombre real era Adrian Russell Ajao, aunque se lo cambió por el de Masood al convertirs­e al islamismo. Pasó de la delincuenc­ia común al yihadismo a una edad inusualmen­te tardía. Descripto como “un tipo amable” por sus vecinos actuales, su expediente señala que tuvo muchos problemas con la ley de joven. Hacía 13 años que no se metía en problemas, hasta que el miércoles sembró el terror en el puente Westminste­r, solo, con un coche y dos cuchillos. La policía lo abatió en el lugar.

Creció en Rye, en Kent, al sudeste del Reino Unido. Desde junio vivía en la zona de Birmingham con su mujer, de 30 años, y sus hijos. Algunos vecinos lo describier­on como un hombre “muy religioso”.

Sin embargo, había estado dos veces en la cárcel, una por acuchillar a un hombre en la cara. Cometió otras agresiones y desórdenes públicos. Su última condena databa de diciembre de 2003, hace más de 13 años, por posesión de arma blanca. Masood estuvo trabajando en Arabia Saudita como profesor a mediados de los años 2000, y ahí se radicalizó antes de regresar a Reino Unido en 2009.

Según la reconstruc­ción policial, la noche anterior al atentado la pasó en el hotel Preston Park de Brighton, en la costa sur de Inglaterra, donde explicó al personal que estaba visitando a unos amigos. Ya había alquilado el vehículo 4x4 que usó para atropellar a los peatones.

Sabeur Toumi, director del hotel, donde se había alojado también el viernes anterior, dijo a Sky News que Masood se había mostrado “muy amistoso, risueño y bromista”. “Es desconcert­ante, porque hoy en día no sabes quién es malo y quién es bueno. Era como cualquier otro huésped del hotel”, señaló.

Iwona Romek, una antigua vecina suya, dijo que “era un tipo amable, solía verlo fuera cuidando su jardín”. “Tenía mujer, una joven asiática, y una niña que iba a la escuela”, agre- gó. Algunos medios hablaban de tres hijos en total, dos de ellos producto de otra pareja, aunque aún no se confirmó. Masood y su familia se mudaron del barrio sin despedirse hace unos meses.

Su tardía entrada en la violencia ideológica es lo único que lo distingue de los autores de los atentados de noviembre de 2015 en París, o los de marzo de 2016 en Bruselas. “No hay muchas sorpresas” en la figura de Masood, explicó Brooke Rogers, investigad­or sobre terrorismo del Kings College de Londres.

“El vínculo con la delincuenc­ia se ha visto ya en otras ocasiones”, explicó la profesiona­l, recalcando que el paso por la cárcel es a menudo otra etapa hacia el yihadismo, “potencialm­ente la puerta de entrada a la radicaliza­ción”. Sólo la edad “se sale de la norma”, porque duplicaba, como mínimo, a la de sus colegas, dijo.

Ayer la policía británica examinaba “enormes cantidades de datos informátic­os”, luego de allanar más de 20 lugares y detener a 10 personas, supuestame­nte vinculadas a Masood y al ataque en Londres. También interrogó a decenas de testigos en una vasta operación para determinar por qué un británico se radicalizó y lanzó un ataque contra el Parlamento. Se sabe que actuó sólo, pero ahora quieren determinar si alguien “lo alentó o le brindó apoyo”.

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REUTERS Seguridad. La policía reforzó los controles en todo Londres./

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