El ex dictador egipcio Mubarak, libre después de seis años de prisión
Fue absuelto de la acusación por la muerte de cientos de manifestantes en las revueltas de 2011.
Lo que iba a ser “el juicio del siglo” en el mundo árabe terminó ayer con la decepcionante liberación de Hosni Mubarak, ex presidente de Egipto depuesto por la voluntad popular en 2011 en medio de las revueltas de la Primavera Arabe.
Mubarak gobernó con mano de hierro: 30 años de estado de emergencia con libertades individuales inexistentes y poderes discrecionales para la policía. El ex militar había accedido al poder tras el asesinato del
presidente anterior, también militar, liquidado por un fundamentalista religioso. Un referéndum lo designó como su sucesor en 1981: era el único en la lista.
Luego de tres décadas de protestas reprimidas, los egipcios tomaron la Plaza Tahrir el 25 de enero 2011 y exigieron la salida del jefe de Estado. Miles de arrestos, 850 muertos y 18 días después, Mubarak fue derrocado por
el pueblo y detenido. Se convirtió así en el primero de los jefes de Estado caídos en la Primavera Arabe en ser destituido y juzgado. Había un clima sobre el mundo árabe de renovación democrática: la instigadora del movimiento, Túnez, había echado a su presidente, el entusiasmo se contagiaba a Libia, Oman, Yemen, Líbano, Argelia, Jordania, Arabia Saudita.
En Egipto, el pueblo quería terminar con el reinado del que instauró un Estado policial y por primera vez en su historia, los 92 millones de egipcios contemplaron dejar atrás las arbitrariedades de una élite política y militar corrupta, el desempleo, la falta de alojamiento, la inflación, la censura y el permanente estado de urgencia, y Mubarak fue apresado.
Fue acusado de complicidad en la muerte de 239 manifestantes en enero de 2011, de haber provisto las armas y los vehículos usados por la policía en aquellos días de represión. Mientras esperaba su juicio, un gobierno militar transitorio preparó las elecciones donde el islamista Muhamad Mursi sería electo. En 2012, Mu- barak y su ministro del Interior fueron condenados a cadena perpetua mientras el ingeniero islamista Muhamad Mursi ganaba las primeras elecciones de la historia egipcia.
Mubarak apeló su condena y Mursi fue derrocado por el ejército el año siguiente. El líder del golpe fue el ministro de Defensa Abdel Fattah al-Sissi, jefe de inteligencia del ejército de Mubarak y actual presidente, electo en 2014 con 96,1% de los votos.
En marzo se le informó al histórico ex presidente, de 88 años, que iba a poder dejar el hospital militar donde estaba detenido desde 2011, blan- queado de toda acusación en relación con la muerte de los manifestantes.
“Era de esperar la absolución. Los que están en el poder nunca quisieron dar pruebas que hubieran permitido condenarlo”, lamentó Khaled Dawoud, ex vocero del partido opositor Al-Dostour.
Tras 6 intentos de asesinato a lo largo de su carrera política y 6 años de detención, Mubarak podrá regresar a su residencia del barrio cairo
ta de Heliópolis, mientras cientos de manifestantes detenidos en la revolución de enero y febrero 2011 siguen detrás de las rejas en Egipto.