Clarín

Luis “Pollo” Bassi El jefe narco por cuya cabeza se ofrecen 300.000 dólares

Fue barrabrava de Newell’s. Está acusado de ordenar el crimen del líder de la banda “Los Monos”. En venganza, mataron a su padre y a dos hermanos. El martes intentaron eliminarlo.

- ROSARIO. CORRESPONS­AL Mauro Aguilar rosario@clarin.com

“Me salvé de milagro”. Todavía confundido por el estupor que le provocó el ataque, Luis Bassi explicaba que las balas le pasaron cerca. Muy cerca. “A centímetro­s”, según le confió a su abogado el miércoles a la noche. “Po- llo”, como lo conocen en Rosario y en el mundo hampa, sabe que la muerte le ronda hace tiempo. El martes pasado, en una emboscada en la que intentaron asesinarlo, estuvo cerca de

atraparlo. Su cabeza tiene precio: se habla de 300 mil dólares.

El hombre, de 36 años, está siendo juzgado como instigador del crimen de Claudio “Pájaro” Cantero, líder de la banda narco “Los Monos” (ver La noche...), cometido en 2013 en un aparente intento por arrebatarl­e poder. Se trata de un capítulo central de la sangrienta trama que sacude a Rosario desde hace años.

Aunque insiste en su inocencia, ese episodio parece haberlo condenado ya. No importa lo que diga la Justicia, que reclama para él una pe-

na de 22 años de cárcel. Bassi ya recibió un castigo peor: su padre y dos de sus hermanos fueron asesinados a balazos en claras venganzas mafio

sas. Porque para “Los Monos” la sentencia ya está firmada.

“Pollo” sabe que su vida tiene precio. Por eso solicitó medidas de seguridad extremas en el penal donde está alojado, en Coronda: más videocámar­as, más rejas, más aislamient­o. Desde distintos ámbitos –integrante­s de la Justicia, policías y eventuales clientes- le hicieron saber a su abogado, Enrique Sirio, que la cabe

za de Bassi “tiene precio”, aunque a él “nunca le hablaron de un número en particular”. El defensor explica a Cla

rín que son “dichos nada precisos”, aunque los antecedent­es lo obligan a darles entidad.

Aunque sabe que se ha convertido en un blanco apetecible, Bassi le confió a su abogado que lo sorprendió el ataque a balazos en la autopista que sufrió el martes, cuando el Servicio Penitencia­rio lo llevaba de los Tribunales al penal de Coronda junto a los dos supuestos sicarios del crimen de Cantero. No fue eso lo único que le provocó extrañeza: sigue sin entender la actitud de los guardias, que no respondier­on el ataque.

Sirio insiste en que la emboscada intentaba eliminar a los acusados por el crimen de Cantero para que no se llegue a una sentencia. El abogado tiene una teoría que no apunta a “Los Monos”: cree que detrás de los balazos está Luis Paz, un gris manager y entrenador de boxeo, a quien “Pájaro” le habría asesinado a un hijo y al que un jefe policial apuntó como posible instigador del crimen del narco. Y a quien el periodista, investigad­or y diputado provincial Carlos Del Frade describe como un fuerte ope

rador narco. Parecen ser varios los que quieren la cabeza de “Pollo”.

El nombre de Bassi comenzó a impactar en las crónicas deportivas y policiales cuando logró un lugar de

peso dentro de la barra brava de

Newell’s. Cuando se alejó de ese núcleo planteó que quería dedicarse a su boliche, “Brújula”, y a la remisería familiar que funciona en Villa Gobernador Gálvez. Los investigad­ores creen que ya estaba iniciando un recorrido en el mundo narco, aunque no hay causas contra él por este delito.

El 26 de mayo de 2013 fue asesinado “Pajaro” en la puerta de un boliche de Gálvez por dos sicarios. Las venganzas empezaron de inmediato. Y en la remisería de la familia Bassi, que lleva el nombre de “Cinco Estrellas”, asesinaron entre el 31 de diciembre de 2013 y el 22 de octubre de 2014 -apenas 296 días- a dos hermanos de “Pollo”, Leonardo y Maximilian­o, y a su padre, Luis Bassi.

Los hermanos tenían 36 y 34 años. El papá, 60. Todos fueron acribillad­os con gran cantidad de tiros. “Espera-

En octubre encontraro­n una granada en el patio contiguo a la celda del “Pollo” Bassi

mos la muerte. Nos pusieron un cartel en la espalda con el precio. Tenemos el tiro al blanco en la espalda”, había planteado el padre en los medios tras el asesinato de sus dos hijos. Meses después caería él.

Bassi explotó desde la cárcel cuando se enteró de la segunda muerte en la familia, la de su hermano Maximilian­o. Dijo que la familia “es algo sa

grado”, que “se respeta”. “¿Cómo me van a tocar a la familia?”, inquirió. Parecía reclamar a sus sanguinari­os adversario­s que respetaran viejos códigos del hampa. “Empujan a la gente a la violencia, a matar, a asesinar”, advertía en su entorno.

La madre y una hermana de “Pollo” abandonaro­n Santa Fe porque

temían ser asesinadas. Otros dos hermanos de Bassi tuvieron problemas con la Justicia por distintos delitos. Uno sigue preso. El otro recuperó la libertad hace un tiempo.

Perseguido por el temor de un atentado, las medidas de seguridad que reclamó Bassi lo llevaron a vivir aislado. Comparte pabellón sólo con Milton Damario, uno de los presuntos sicarios del crimen de Cantero.

Mientras se tramitaba la etapa de los alegatos en el juicio se sumó a ese pabellón Facundo “Macaco” Muñoz, el otro supuesto sicario. A éste sí lo hirieron de un tiro en el ataque del martes. Su lesión demorará la lectura de la sentencia por este caso.

Las precaucion­es de Bassi son atendibles. Sólo basta repasar un curioso episodio en el penal: en octubre encontraro­n una granada en el patio contiguo a su lugar de alojamient­o. Nadie sabe si la arrojaron desde afuera o si alguien la depositó allí.

Bassi no tiene contacto con otra gente dentro del penal. “Casi no ve la

luz del sol”, cuentan. Utiliza el patio en breves períodos, en horarios diferentes a los otros presos. No realiza ninguna actividad. Las condicione­s de detención le provocaron una tu

berculosis y una enfermedad en la piel. Su mujer es la que más lo visita. El resto de la familia ya no está o no puede llegar a Coronda: escapar de

la muerte complica hasta los trámites más sencillos.

 ?? ARCHIVO ?? Traslado. “Pollo” Bassi, durante una de las audiencias del juicio por el crimen de Cantero. El martes dispararon contra el camión penitencia­rio en el que lo llevaban a la cárcel.
ARCHIVO Traslado. “Pollo” Bassi, durante una de las audiencias del juicio por el crimen de Cantero. El martes dispararon contra el camión penitencia­rio en el que lo llevaban a la cárcel.

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