Detienen a un policía de la Ciudad por asesinar a un joven en Flores
La víctima tenía una pipa de paco en una mano. El oficial cayó en un auto igual al que vieron los testigos.
Un joven de 25 años con un disparo
mortal en el pecho y una pipa de paco entre sus manos; un policía de la Ciudad, de 27 años, fuera de su horario de trabajo con una pistola 9 milí- metros reglamentaria a la que le falta una bala. ¿Ajuste de cuentas?¿Escuadron de la muerte?¿Gatillo fácil? Ante estos protagonistas, y con estas hipótesis, la Gendarmería comenzó a investigar un crimen ocurrido el viernes por la noche en pleno barrio de Flores. Por el caso hay tres detenidos, uno de ellos el oficial de la Ciudad, quien cumple tareas en las Brigadas de Rápida Intervención (una especie de Infantería de la ex Metropolitana) y ya fue pasado a disponibilidad. Según pudo reconstruir Clarín, cer- ca de las 22 del viernes vecinos de Flores llamaron al 911 porque en pasaje Timbo al 1800 (casi Carabobo) estaba tirado un joven al que poco antes habían baleado. Cuando el SAME llegó al lugar- a unos 20 metros de la avenida Rivadavia, a unas 5 cuadras de la Plaza Flores- se encontró con una víctima de unos 25 años (aún no identificada al cierre de esta nota) vestida con remera, bermuda y zapatillas.
El joven tenía entre sus mamos una pipa casera de las que se usan para fumar pasta base. Una bala le ha- bía entrado por la parte izquierda de su pecho, cerca del corazón. Ya estaba muerto cuando llego la ambulancia.
Los testigos fueron clave para aclarar pronto qué había pasado. Según contaron, a la víctima le habían disparado directamente, tipo fusilamiento, desde un Peugeot 307 color negro. Una versión decía que segundo antes se había acercado a una de las ventanillas del coche. Otra, que lo venían persiguiendo y que le dispararon desde el coche cuando el joven intentó treparse a un árbol, tra-
tando de escapar deseperadamente de sus perseguidores. Los vecinos no pudieron aportar la patente del Peugeot pero sí un detalle importante: una de las luces delanteras del auto no funcionaba.
Estos datos fueron tomados por los policías de la comisaría 38° -con jurisdicción en el barrio-, que los pasaron por radio a los móviles de la zona. Fue así que poco después un auto con similares caracteristicas al buscado -incluso con la luz que no andaba- fue detectado y detenido en la esquina de las avenidas Castañares y Bonorino, a unas 20 cuadras del lugar del crimen y muy cerca de la villa 1-11-14, en el Bajo Flores.
El auto fue detenido por una unidad de Gendarmeria y en él iban tres hombres: el policía de la Ciudad, con grado de oficial mayor -que iba al volante-, y otros dos jóvenes, de 27 y 26 años. Llevaban algo de marihuana, como para consumo personal, y comenzaron a contradecirse sobre el motivo que los había llevado hasta esta zona, qué habían hecho previamente e incluso cómo habían llegado hasta allí.
“Al policía se le secuestró su arma reglamentaria, una pistola marca Pietro Beretta modelo XTP4 Storm calibre 9 milímetros, con cargador y 16 cartuchos”, contaron fuentes del caso a Clarín. “Cuando se le preguntó por qué a su cargador le faltaba una bala, el policía dijo que le había dispara
do a un perro que se le había cruzado”, agregaron las fuentes.
El caso quedó a cargo del Juzgado en lo Criminal y Correccional N° 51 y de la Fiscalía de Instrucción N° 58. Al haber personal de la Policía involucrado la investigación fue encomendada a Gendarmería Nacional. Ellos serán los encargados de hacer una pericia clave: determinar si la pistola calibre 9 milímetros del policía fue disparada y, de ser asi, si la bala que mató al joven en Flores se corresponde con ese arma. La otra gran incógnita era ayer el motivo del ataque.