El condenado a muerte que compone Aden Young

¿Cómo será el otro mundo cuando llegue el final? Un destino certero espera a Daniel Holden, temblando aún lejos del cielo: sigue vivo del otro lado de las pantallas, para contar su historia. El martes pasado, a las 22, se estrenó, por Sundance TV, la cuarta y última temporada de Rectify, la serie que captura espectadores alrededor de Holden, su protagonista, encarnado por el adusto Aden Young, un personaje que se sabe recortar. Él le puso el cuerpo a las sospechas y el miedo: estuvo 19 años en prisión, condenado por haber violado y matado a su novia, Hanna Dean, de adolescente, y rozó “el corredor del infierno”: la pena de muerte según el sistema carcelario norteamericano.

Hasta que una prueba de ADN a su favor volvió inválida su larga detención y fue liberado. Logró regresar a este mundo para defender su verdad: jura que él no mató a Hanna. Pero la otra condena se acentuaría de cara a esta cuarta temporada. Holden había decidido instalarse de nuevo en Paulie, su ciudad natal en el estado sureño de Georgia.

Al principio hubo silencio, hasta que supo que lo peor nunca iba a ter- minar: todos allí lo seguían considerando culpable. Por eso volvió a irse lejos, a Nashville.

Ahora entrecierra sus ojos verdes, con leve angustia o furia, y encorva sus hombros. ¿Qué imágenes se proyectan en la mente de Holden cada vez que mira a sus nuevos compañeros en el albergue de readaptación social New Canaan?

Rectify, una buena creación de Ray McKinnon, tendrá tiempo en su cuarta temporada para potenciar su público local. En la Argentina no existe la pena de muerte, pero la reclusión deja sus marcas brutales en los presos. Del otro lado de los cuerpos, la libertad siempre quedará envuelta de temores y rechazos. En la serie, hasta la familia del protagonista lucha por entenderlo y volverse a unir. Pero, claro, ellos nunca soportaron la prisión. El pasado vuelve, el final está cerca y Holden -cada martes a las 22busca nuevas formas de vivir entre los demás. O un modo de no morir.