Clarín

La frase de Néstor que ahora cae sobre su hermana Alicia

Maldita herencia. “Si una provincia quiebra, el gobernador debe ir preso”, dijo Kirchner en 2002. La victimizac­ión K.

- Nicolás Wiñazki nwinazki@clarin.com

“Si una provincia quiebra, el gobernador debe ir preso”. La frase es de Kirchner. Néstor. La dijo en mayo de 2002, en una entrevista. Cinco años más tarde. Dos meses de conflicto social. Manifestac­iones de docentes que no cobran su suel

do. Santa Cruz casi sin ciclo lectivo. Una movilizaci­ón termina con represión policial: 15 heridos. Kirchner habla en público muy enojado. Acusa a los maestros de ser “cobardes” y “pa-

toteros”. Según su versión, hubo un grupo de ellos que intentó amedrentar a una de las mujeres de su familia que se encontraba indefensa en su casa.

Pasó el 8 mayo del 2007. Hace tres mil cuatrocien­tos ochenta días.

Una década. El conflicto escaló. El gobernador de Santa Cruz era Carlos Sancho, socio de los K en una inmobiliar­ia, hoy investigad­a en la Justicia por lavado de dinero.

Sancho renunció. A la Gobernació­n. No la inmobiliar­ia. En su trabajo público, lo reemplazó Daniel Peralta. Ocho años después, el 10 de diciembre del 2015, Peralta le entregó el poder de la provincia a Alicia Kirchner.

De nuevo la plata no alcanza en

Santa Cruz para pagar los salarios. Ni de docentes. Ni de estatales. Ni de los jubilados. Tampoco de los judiciales. Ni de los legislativ­os. El de la gobernador­a, sí: hace pocas semanas ella y su Gabinete se aumentaron la posibilida­d de disponer dinero mensual para gastos discrecion­ales en un 400 por ciento más de lo que ya ganaban por mes.

De nuevo se suceden manifestac­iones de empleados que trabajan y no cobran. Se desata una represión. Otra vez los propios Kirchner acusan a

los protestant­es de haber intentado impulsar acciones violentas contra su familia.

En el 2007, Néstor Kirchner denunció que enemigos políticos organizaro­n una protesta en la casa de su madre. “No había ni un perrito para cuidarla”, se lamentó furioso. El viernes pasado, la casa que habita hoy otra su hermana Alicia volvió a ser rodeada por estatales, judiciales, maestros que reclamaban lo que les deben: sueldos.

Esta vez, fue Cristina Fernández

quien contó que mientras fuera de la residencia oficial de la Gobernació­n se recalcitra­ba la protesta, adentro estaban ella, la gobernador­a, tres empleadas que trabajan en el lugar y resaltó, varias veces, también su nieta Helena, hija de Florencia Kirchner y de Camilo Vaca Narvaja.

La abuela Cristina aseguró que los manifestan­tes intentaron entrar por la fuerza en la residencia gubernamen­tal en la que la madre de Helena vivió la mitad de su vida. De 1991 a

2003. Su papá era el gobernador. ¿Sabían los protestant­es que una beba de 18 meses estaba allí dentro? Si lo sabían, ¿cuáles era sus intencione­s? ¿Querían entrar en la residencia oficial para realizar acciones violentas? El relato audiovisua­l de la ex Presidenta dio a entender que sí.

El secretario general administra­tivo de la CTA de Santa Cruz, Miguel del Pla, aseguró que los protestant­es tiraron piedras sólo después de ser

reprimidos por las fuerzas de seguridad. Que estaban allí. Con las cinco mujeres solas.

Alicia Margarita Kirchner es mucho más que la gobernador­a de Santa Cruz. O la “cuñada” de la ex presidenta Cristina Fernández.

Alicia Margarita Kirchner no es sólo la hermana mayor de otro ex presidente, fallecido, Néstor Carlos Kirchner. Su representa­ción ante la ciudadanía excede también a su rol de tía de Máximo Kirchner. O de madre de la fiscal de El Calafate, y de una empleada del holding de Cristóbal López, que es además directiva de las empresas K. Alicia Margarita Kirchner fue mi

nistra de Asuntos Sociales de Santa Cruz durante las tres gestiones de su hermano como gobernador. Él la designó en ese puesto en 1991 y la hizo

renunciar cuando fue electo Presidente, en 2003.

Alicia Margarita Kirchner pasó a ser entonces Ministra de Desarrollo Social de la Nación Argentina. Tuvo el deber, el poder y el presupuest­o, desde el 2003 a 2015 (con un lapsus entre diciembre de 2005 y agosto de 2006 en los que ejerció como senadora por Santa Cruz) de gestionar políti

cas para bajar la pobreza, mejorar el empleo inicial, ayudar socialment­e a

los niños y adolescent­es de bajos recursos. Es decir: en el ideal, debió haber generado un camino, al menos, para que la sociedad que dejaba tras su administra­ción sea más equitativa.

Alicia Margarita Kirchner llegó a su primer puesto en el Estado democrátic­o también cuando su hermano Néstor la nombró secretaria de Promoción de la Intendenci­a de Río Gallegos en 1987. Desde ese año hasta hoy, Alicia Margarita Kirchner nunca dejó el poder. Según el INDEC, en Río Gallegos, su ciudad, viven ciento veinte mil personas. Treinta y tres mil son pobres. Ya no es más secretaria de Promoción de ese distrito devastado. Tampoco, ministra de Asuntos Sociales de una provincia fundida que no puede siquiera pagar sueldos. Y dejó de ser ministra de Desarrollo Social de la Nación.

Es gobernador­a de Santa Cruz. Sin su hermano. El pueblo de su provincia, que vive de su salario público, espera respuestas. De ella.

Alguna palabras alentadora­s que no sólo hilvanen denuncias de complots impulsados por supuestos adversario­s no identifica­dos, o periodista­s. Ninguno de éstos “culpables” manejó, ni maneja, los fondos del Estado de Santa Cruz. El distrito tuvo alguna vez un gobernador que dijo en medio una entrevista aquella sentencia lapidaria. Por si quedan dudas, se repite: “Si una provincia quiebra, el gobernador debe ir preso”.

En 2007, por un conflicto con los docentes, terminó renunciand­o el gobernador Sancho.

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Testimonio. Cristina, en la residencia de la Gobernació­n, horas después de los incidentes.

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