La alternativa es que surjan líderes jóvenes, nuevos candidatos
En primer lugar hay que destacar que la crisis en Brasil estaba prevista, ya que el sistema de representación político del país está en crisis. El presidente Michel Temer llegó a través de un impeachment a Dilma Rousseff, y ahora él se encuentra en una situación análoga.
Temer llega en una situación mucho más frágil que Dilma, ya que en el último año hubo un fuerte desgaste del sistema. Frente a esta crisis no
hay muchas opciones. Una alternativa es convocar a elecciones, pero esto implica elegir nuevos dirigentes dentro del Parlamento, donde la gran mayoría está comprometida con la investigación del Lava Jato. La crisis de representación abarca a todos los sectores. La oposición también está comprometida. Hasta ahora el Partido de los Trabajadores (PT) venía acusando a Temer de la situación, pero ellos también están involucrados y en crisis. La única posibilidad es que surjan nuevos candidatos, líderes jóvenes que encaren una renovación del sistema político brasileño. Ahí el liderazgo lo tiene Marina Silva que está reclamando elecciones ya, urgentes. Esto repercute muy fuerte en la economía. No hay más que ver cómo cayeron las acciones de empresas líderes como Petrobras (18%), Vale (10% y el Banco de Brasil (10%), para tomar dimensión de la crisis. Es un cimbronazo en el sistema económico. El dólar, que estaba calmo, se fue a 3,40. La economía brasileña estaba despegando con un conjunto de reformas, entre ellas cambios en el sistema de jubilaciones y de aportes tributarios. Este cuadro es un serio problema para la Argentina, es una muy mala noticia. Nuestro país depende mucho de la economía de Brasil. Va a repercutir en todos los sectores, porque lo que hay es una crisis de confianza y esto afecta tanto las compras como las ventas y las inversiones. Hay otra punto a destacar. En la Argentina la crisis de Brasil tiene un efecto espejo, porque los argentinos vamos a mirar y a comparar los sistemas judiciales de uno y otro país.