Clarín

“La prote”, la coima pagada a la Bonaerense en la zona

Connivenci­a. La comisaría 10°, que tiene jurisdicci­ón en Budge, cambió tres veces de jefe en los últimos cuatro años.

- Luis Moranelli

La comisaría 10° de Ingeniero Budge es una de las más codiciadas del Conurbano. Su “caja” creció de la mano de La Salada. Los negocios ilegales alrededor de las ferias que conforman el complejo quedaron en manos de piratas del asfalto y barrabrava­s que multiplica­ron sus fuentes de ingreso con puestos en la calle, trapitos y vigilancia privada. En paralelo, resolviero­n sus conflictos a balazos: en un año hubo al menos cinco crímenes en una feroz guerra por el manejo de los negocios.

Los escándalos vinculados a ese sistema de recaudació­n derivaron en el desplazami­ento de tres comisarios en los últimos cuatro años. Otros cinco se fueron en medio de protestas

por la insegurida­d. Pero las estructura­s corruptas se mantuviero­n intactas. “Acá todo el mundo sabe quién vende, dónde y a qué hora. No sólo porque nos conocemos, sino porque alcanza con pararte un día en una esquina y ver el movimiento. Hay que ser ciego para no darse cuenta”, ironiza un vecino de Ingeniero Budge. Mirar para otro lado tiene su precio, y en el barrio eso es conocido como “la

prote”. Así le dicen a la coima que, denuncian, cobró históricam­ente la Bonaerense en la zona.

La corrupción no es la única acusación que pesa sobre la comisaría 10°. En diciembre del año pasado Li-

liana Herrera denunció que fue secuestrad­a y abusada por el entonces jefe de la seccional, el subcomisar­io Eliazar Omar Beckman.

La mujer contó que la llevaron a la seccional para exigirle el pago de 5.000 pesos por semana como coi

mas y que allí la manosearon. Pero los policías fueron liberados un mes después, y sólo quedaron imputados por el delito de privación ilegítima

de la libertad, ya que un fiscal consideró que no hay pruebas para comprobar el abuso sexual. Herrera asegura que la causa sigue estancada y las amenazas se repiten.

En otros barrios de la zona, la au-

sencia de la Policía también permite el avance constante del narcotráfi­co. Tal como reveló Clarín, a unas 30 cuadras de la casa de la familia tiroteada por dealers, en el límite entre Budge y Villa Albertina, se levanta un muro de dos kilómetros junto a las vías del

tren Roca que es utilizado para proteger la venta de drogas y las cocinas. Los que manejan el negocio del paco contratan a los “soldaditos” que co

meten crímenes sangriento­s. Entre septiembre y noviembre del año pasado se encontraro­n en la zona cuatro cadáveres, todos de jóvenes mutilados, torturados y acribillad­os.

 ?? G.ADAMI ?? Escenario. El barrio donde los narcos aterroriza­n a la gente.
G.ADAMI Escenario. El barrio donde los narcos aterroriza­n a la gente.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina