“Tenemos derecho a saber cómo es quien gobernará”
La vida privada de las personas solamente les pertenece a ellas y por lo tanto nadie tiene el derecho de entrometerse en ese ámbito íntimo. Esta máxima de la vida en sociedad es aplicable a todas las personas en la medida que esas conductas no interfieran con la
esfera privada de quienes conviven en la misma comunidad.
La vida privada de los políticos deja de ser privada cuando estas personas incursionan en la gestión política que de una u otra manera influye en la privacidad de los otros habitantes.
Quien se precie de tener la política como su actividad principal o tener aspiraciones de ocupar algún cargo político, debe exponer, en el sentido de transparentar, su vida privada plenamente. Los ciudadanos tienen derecho a saber quiénes son los que protegen sus derechos y exigen sus obligacio
nes, ya que las decisiones que se adopten en el cumplimiento de sus funciones van a incidir directamente en los planes y sueños de los ciudadanos.
Queremos saber de qué manera pueden cumplicarnos o no nues
tras vidas. Un ciudadano con aspiraciones políticas debe llevar una vida ejemplar. No debe tener claudicaciones que en el ejercicio de su función lo tornarán débil y presa fácil de los inescrupulosos que pretendan que haga (o que no haga) tal o cual cosa.
Las premisas y valores que adopta en su vida privada deben ser el cabal reflejo de su conducta cuando llegue a ocupar un car-
go público, la coherencia en sus principios y toma de decisiones debe ser exhibida y conocida en todo momento. El ciudadano tiene que saber quién lo conducirá en la vida de relaciones
en la sociedad. Mencionar a autoridades de la Iglesia como una constante y pregonar su no alineamiento a determinados pensamientos antisociales, no lo hace un cumplidor de ellos: debe dar pruebas concretas, debe ser consecuente con esos pensamientos en todo momento. Al punto
no podertal de ser que fiel en casoa ellos, de denunciar debería aquello renunciar que a lo su afecta.cargo y Es necesario que la ciudadanía argentina sea consciente a la hora de escuchar propuestas políticas. Quien las profesa, ante todo no debe dejar duda alguna sobre su vida privada y decir claramente cómo se conforma su familia, qué ha hecho en su vida laboral, qué instrucción tiene, quiénes son sus empresarios amigos o enemigos, con quiénes ha llevado a cabo cualquier tipo de negocio. Asimismo, también debería precisar qué piensa con respecto a los temas más sensibles de la sociedad, para lo cual sería pertinente que presentara una “declaración jurada” sobre su derrotero personal, que lo muestre tal cual es. Hay que reiterarlo: los argentinos tenemos el derecho a saber cómo es
quien nos gobernará, quién incidirá en nuestros destinos. Ya hemos pasado por muchas desgracias en nuestra historia como para seguir incurriendo en los mismos errores y muchas veces sólo sostenidos en el carisma de un iluminado, pero carente de todo apego por la honestidad.