Sin luz ni gas, los vecinos aislados resisten los 20 grados bajo cero
Sin electricidad, sin gas e incomuni
cados. Esta es la realidad de muchos habitantes que viven en los remotos parajes en la Patagonia. La mayoría de estas localidades está en los alrededores de El Bolsón, en el límite con Chubut, y en la Línea Sur de Río Negro, una región desértica gobernada en invierno por temperaturas que alcanzan los -20 grados.
Los pobladores están acostumbrados a las inclemencias de la naturaleza. Cada año esperan con resignación a que las olas polares los hagan refugiarse en sus hogares de madera. En su interior, aguantan junto a una cocina a leña y a veces acompa-
ñados de sus perros. La electricidad puede considerarse un lujo en ciertos momentos del año.
Las últimas nevadas ocasionaron la caída de ramas sobre el tendido
eléctrico en el área montañosa que rodea a El Bolsón. Entonces al frío se suma la oscuridad. Los días duran
apenas unas horas. No queda demasiado por hacer. Silencios eternos, mate e irse a la cama a las 18.
En Mallín Ahogado, Rinconada Nahuelpan y Mallín Rinconada, entre otros parajes, los habitantes están desde el jueves sin electricidad, calefacción, alimentos y agua potable. En las escuelas rurales 139 y 214 de la zona, las clases fueron suspendidas. En El Bolsón volvería mañana, pero no hay certezas.
Integrantes del Comité de Emergencia de El Bolsón, Bomberos Voluntarios y miembros de Defensa Civil y Vialidad Rionegrina intentan llegar hasta los vecinos que viven en estos rincones del sur. Las cuadrillas de EDERSA avanzan a paso lento entre las nieves hacia los postes. Los caminos rurales todavía permanecen vedados a cualquier coche que no sea una camioneta equipada con cadenas. Hay parajes que sólo son accesibles arriba de un caballo.