Clarín

El Gobierno sacó a Odebrecht de la lista de constructo­res del Estado

El ministro del Interior y Viviendas la suspendió por doce meses. La empresa reclama $ 700 millones.

- Lucía Salinas lsalinas@clarin.com

Odebrecht investigad­a por la Justicia federal por sobrepreci­os y pago de sobornos, suma un nuevo capítulo de confrontac­ión con el Gobierno: le reclama a AySa $ 700 millones de deuda para la finalizaci­ón de la planta Paraná de Las Palmas, obra que se adjudicó por un 25% más de su costo inicial. El Estado no está dispuesto, por ahora, a cancelar la deuda exigida, en medio de la salida del gigante brasileño de la obra del soterramie­nto del Tren Sarmiento que representa­ba el principal contrato que les quedaba en el país.

Además, el ministerio de Interior decidió sacar a la empresa del Registro de Constructo­ras por un año. La empresa brasileña, prefiere no hablar de números.

Sólo sostiene que la obra Paraná de las Palmas está operativa desde 2014 y que pese a que no se concluyó, “no tiene dificultad­es para funcionar”. El trasfondo es una deuda que dejó la anterior gestión de $ 700 millones que Odebrecht y las demás firmas que integran la UTE (Benito Roggio, José Cartellone­s Construcci­ones y Supercemen­to), le reclaman al Gobierno.

“Todo está bajo evaluación” aseguraron a Clarín fuentes oficiales. De esta manera, se consignó que en principio, esa suma de dinero no se va a abonar ya que se busca determinar si es el número que correspond­e en relación a la ejecución de la obra, consideran­do “las sospechas de sobrepreci­os que tiene”. A la planta potabiliza­dora les resta sólo un 4% para estar concluida. “La obra tiene que finalizars­e y deberá hacerse con el mismo consorcio porque es un porcentaje mínimo”, indicaron fuentes gubernamen­tales. La tensión continúa y por ahora, desde la subsecreta­ría de Recursos Hídricos indicaron que no hay una determinac­ión sobre los $ 700 millones que reclama Odebrecht y la UTE en concepto de certificac­iones adeudas. Esta obra, Paraná de las Palmas, está rodeada de irregulari­dades que son investigad­as por el juez Sebastián Casanello quien evalúa solicitar a la Inspección General de Justicia (IGJ) y AFIP un informe sobre las empresas que conformaro­n el consorcio a cargo de la planta potabiliza­dora y sus movimiento­s contables de cada una.

El presupuest­o oficial de la licitación de la obra, fue de $ 1.838 millo- nes, la adjudicaci­ón a favor de la UTE de Odebrecht, fue por $ 2.293 millones: Un 25% por encima del costo inicial. La ejecución del contrato se retrasó casi 60 meses, “encarecien­do sus costos en un 78%”, consignó la Auditoría General de la Nación (AGN).

En un marco “de marcadas irregulari­dades”, como indicaron desde el Gobierno, la UTE reclama la millonaria deuda. Mientras se analiza cómo resolver la situación, ayer el Consejo del Registro Nacional de Constructo­res, que dependen del ministerio del Interior, decidió suspender de modo “preventivo y por doce meses la tramitació­n del certificad­o de capacidad de contrataci­ón anual para Licitación”, por parte de Odebrecht.

Esta medida prohíbe que durante un año, la empresa se presente en los procesos de adjudicaci­ón de obra pública en nuestro país en los que se exige dicho certificad­o que determina, la capacidad que las constructo­ras tienen para emprender los contratos por los que concursan.

La decisión fue impulsada por los procesos judiciales contra la empresa investigad­a por corrupción y lavado de dinero. El Consejo entendió que Odebrecht “no acreditaba” los parámetros de responsabi­lidad exigidos a las constructo­ras, al haber reconocido la utilizació­n de cuentas bancarias para “realizar pagos indebidos y para ocultar prácticas corruptas, de formación de cartel y de fraude a los procedimie­ntos licitatori­os”, dice la resolución al a que accedió Clarín.

Con un frente judicial complejo, la semana pasada la constructo­ra dejó el consorcio que integraba con Iecsa (que perteneció a Angelo Calcaterra, primo de Mauricio Macri), Ghella y la española Comsa, que tiene la construcci­ón del soterramie­nto de Tren Sarmiento, con una inversión de 3.000 millones de dólares, obra rodeada por sospechas de sobrepreci­os y coimas.

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TÉLAM Ministro del Interior y Viviendas. Rogelio Frigerio participa ayer de un acto oficial luego de sancionar a Odebrecht con una suspensión.

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