“Con Guaraní, hasta que se disculpen, no habrá camaradería”
Al presidente de River le molestaron las acusaciones por los casos recientes de dóping.
Se lo notaba incómodo y enojado al presidente de River, Rodolfo D’Onofrio en su estadía en Asunción, en la previa del encuentro entre Guaraní y River por la ida de octavos de final de la Copa Libertadores. Y como el clima previo se tensó más de la cuenta por las declaraciones contra River y contra él por sus manejos como dirigente a nivel continental, habló y se descargó: “Con los dirigentes de Guaraní no habrá camaradería hasta que se disculpen”, arrancó enfurecido, ante los micrófonos de varios periodistas. “Dijeron cualquier disparate, inventaron una historia que no es cierta. No nos crean tan poderosos como para poder lograr que pasemos de tres a seis refuerzos”, sentenció.
“Nos deben unas disculpas porque mintieron, no tienen ningún derecho a estar enojados, no me parece bien lo que dijeron. Los únicos que podemos estar enojados somos nosotros porque fuimos ofendidos”, remarcó.
Tanto el entrenador argentino de Guaraní, Daniel Garnero, como sus dirigentes habían dejado entrever que fue a pedido de River el cambio para incorporar seis jugadores en la Copa y no tres, por los casos de dóping. Garnero dijo en una entrevista con el diario Olé que “River se mandó una cagada”, refiriéndose al dóping de dos jugadores de la “Banda”.
José Luis Chilavert, el verborrágico ex arquero de Vélez, San Lorenzo y de la selección paraguaya, había denunciado que el dirigente millonario sabía de los casos de dóping 12 días antes, y que arregló con su amigo y presidente de la entidad sudamericana, Alejandro Domínguez, apagar el incendio.
D’Onofrio ironizó al respecto: “No pienso salir del hotel para no darle el gusto a los que piensan y dicen que voy al edificio de Conmebol”. Particularmente, de los casos de Lucas Martínez Quarta y del uruguayo Camilo Mayada estimó que “son dos chicos sanos y profesionales, y lo que pasó fue un accidente”.
“Escuché periodistas poner nombres de jugadores que hace meses no pasan por un control antidóping, fue una barbaridad. Hubo mucha maldad en cómo fuimos tratados. Estamos tratando de saber qué ocurrió. Estamos tranquilos porque fuimos transparentes en el accionar”, enfatizó. “La Conmebol siempre nos informó que habían sido dos casos. Les pido a los que agarran un micrófono que sean más serios, No sabemos que pasará con la sanción”, agregó tomándose de las versiones que aseguraban que eran siete los jugadores de River a los que se les habían detectado sustancias prohibidas en distintos controles durante la presente edición de la Copa Libertadores.
El mismo día que se supieron los positivos de Martínez Quarta y de Mayada se produjo el fallecimiento de la madre del titular millonario y por eso remarcó que su estado anímico no era el mejor: “Pude entrar al sanatorio y ver a mi madre que murió diez minutos después”.
D’Onofrio estuvo por la noche en el entrenamiento acompañado por su vicepresidente Matías Patanian y el mánager del club Enzo Francescoli. Y todavía le duraba el enojo.