Macron reclama al premier de Israel retomar los diálogos de paz con los palestinos
Lo recibió en París para conmemorar el 75° aniversario de las redadas contra miles de judíos en la Francia colaboracionista. Le dijo a Netanyahu que espera que ambas partes logren “vivir una al lado de la otra con fronteras seguras y reconocidas”.
Siguiendo un protocolo no escrito, los líderes de Francia y de Israel intercambiaron ayer en París sus posiciones sobre la cuestión palestina. Que se respete el derecho internacional, dijo Emmanuel Macron en alusión a las colonias israelíes en territorio ocupado. Que los palestinos reconozcan al Estado judío, le retrucó Benjamin Netanyahu.
Durante su primer encuentro oficial en el Palacio del Elíseo, los dos líderes se limitaron a repetir la consigna oficial de sus respectivos países. Si hubo alguna novedad fue en el detalle de la propuesta de Macron para que Israel y Palestina retomen las negociaciones, con la solución de los dos Estados como objetivo, y logren “vivir uno al lado del otro con fronteras seguras y reconocidas, con Jerusalén como capital”.
“Es importante para ello asegurarse de que las condiciones de la negociación y de la paz no sean cuestionadas en los hechos y que el derecho internacional sea respetado por todos. Pienso en particular en las construcciones en las colonias que continúan”, dijo sin ambigüedades el presidente francés. “Los palestinos se niegan a reconocer un Estado judío independiente”, respondió Netanyahu a la propuesta francesa de “reanudación de las negociaciones” con la autoridad palestina.
El primer ministro israelí aprovechó la reunión para manifestar la inquietud de su país “ante cualquier forma de agresión” por parte de los terroristas del ISIS o de Irán. En Israel desconfían de la voluntad de Teherán de respetar el acuerdo firmado en 2015 con las grandes potencias por el que el país se comprometió a no desarrollar su programa armamentístico nuclear a cambio del levantamiento de las sanciones. En ese punto Netanyahu y Macron sí encontraron terreno para el acuerdo: el francés le garantizó su “vigilancia” para un cumplimiento “estricto” del protocolo, dijo compartir “las inquietudes israelíes sobre el armamento” del grupo shiíta libanés Hezbollah y anunció que persistiría en su acción “diplomática” para “erradicar” esa amenaza.
También hablaron del conflicto en Siria, país vecino de Israel y ex colonia francesa. En ese punto, el anfitrión Macron fue menos concreto y Netanyahu tampoco se distinguió por la precisión. El primero habló de “una transición incluyente y sostenible” y de “una paz justa para los sirios”. El segundo, de cómo Francia e Israel compartían “el mismo deseo de un Oriente Medio pacificado” y de la “posibilidad creciente de cooperación” para “reaccionar ante amenazas comunes”.
Pero lo cierto es que desde su llegada al Elíseo, Macron ha dado signos de cambio en la cuestión siria. Con “la lucha contra el terrorismo” como prioridad, el francés ya no pone como condición previa la salida del poder del presidente sirio, Bashar al Assad. Eso ha permitido un cierto
acercamiento con el presidente ruso y aliado de al Assad, Vladimir Putin.
Macron invitó ayer a París a Netanyahu para que participara en el 75° aniversario de las redadas de 1942 en las que las fuerzas del orden del régimen colaboracionista de Vichy apresó a más de 13.000 judíos (de ellos, más de 4.000 niños). En la línea de sus tres predecesores en el Elíseo (François Hollande, Nicolas Sarkozy y Jacques Chirac), Macron reiteró la plena responsabilidad de Francia en las redadas que condujeron al asesinato en el campo de exterminio de Auschwitz de casi todos los apresados. “El racismo y el antisemitismo siguen presentes, y bien presentes”, dijo, antes de matizar que ahora tienen “nuevas apariencias”. “No cederemos nada al odio, nada al antisionismo porque es la forma reinventada del antisemitismo”, dijo.
La de ayer fue la primera ocasión en que un primer ministro israelí acudió a la ceremonia que rememora uno de los episodios más sombríos de la historia francesa. Netanyahu agradeció en francés la invitación de Macron, un “gesto muy, muy fuerte” que “da fe de la larga y profunda amistad entre Francia e Israel”.