Hallan muerto a un banquero español, símbolo de la corrupción financiera
Miguel Blesa murió en un coto de caza. No se sabe si fue un accidente o un suicidio. La policía descarta un asesinato.
Miguel Blesa y su amigo estaban desayunando y preparándose para el día de cacería que los esperaba. Blesa tenía pocas horas de sueño encima: había llegado a la estancia con coto de caza a las dos de la madrugada y todavía no eran ni las ocho. En un momento dijo que iba a cambiar el auto de lugar y se levantó de la me- sa. Después se escuchó el tiro. Cuando un trabajador de la estancia lo encontró dentro de un auto, Blesa tenía una bala de rifle en el pecho. La aparatosa muerte del ex presidente de Caja Madrid en el municipio cordobés de Villanueva Del Rey (Andalucía) sorprendió ayer a España, donde algunos usuarios de redes sociales recordaron sus problemas con la Justicia, su amistad con el ex presidente conservador José María Aznar y la estafa que el banco que presidió entre 1996 y 2009 cometió contra los miles de pequeños ahorristas que compraron sus productos financieros sin saber que eran de alto riesgo.
Al cierre de esta edición, las autoridades sólo habían descartado el asesinato y seguían trabajando con las
hipótesis de un accidente o de un suicidio con la escopeta de caza.
Uno de los banqueros más polémicos de España, Blesa había sido condenado en febrero a seis años de prisión por el escándalo de las “tarjetas black”, unas tarjetas de crédito opacas al fisco que hasta 2012 usaron sus directivos en Caja Madrid y en Bankia (la entidad financiera que heredó el negocio de Caja Madrid cuando se disolvió), y por las que se desviaron 12 millones de euros.
En el juicio por las “black”, otras 64 personas fueron condenadas. Entre ellas, el ex director del Fondo Monetario Internacional, Rodrigo Rato, presidente de Caja Madrid después de Blesa. Tanto Rato como Blesa estaban en libertad bajo fianza, pendien- tes de que el Tribunal Supremo se expidiera sobre sus recursos de apelación.
En el entorno de Blesa dijeron ayer que el ex banquero de 69 años no estaba “desanimado ni deprimido”, aunque sí preocupado por sus problemas legales. Según fuentes consultadas por la agencia Europa Press, tenía “serias esperanzas” de que el Supremo admitiera su recurso por las “tarjetas black”.
Entre los gastos de las “tarjetas black” de los que disfrutaron los directivos bajo la presidencia de Blesa había fiestas, viajes y artículos de lujo. Un comportamiento obsceno para una España en crisis y sometida a una severa cura de austeridad con recortes de sueldos y pensiones. Blesa ya había sido noticia a mediados de 2013, cuando se convirtió en el primer banquero encarcelado tras la debacle financiera española. Ingresó en prisión provisional por presunta malversación durante la compra por parte de Caja Madrid del banco estadounidense City National Bank de Florida en 2008. Pero solo estuvo 15 días preso. Con la anulación del proceso judicial, quedó libre. Como con las “tarjetas black”, Blesa también defendió en ese caso su inocencia. “Esto ha afectado a mi imagen, mi honorabilidad y a mi familia”, dijo en 2016.
No lo dijo entonces pero también afectó a su imagen la publicación de numerosos mails enviados desde su cuenta en Caja Madrid, en los que se constataban algunos de los excesos que cometió. Con los bienes embargados para hacer frente a posibles responsabilidades pecuniarias, Blesa era frecuentemente insultado cuando comparecía ante los juzgados y tenía que ser protegido por agentes de seguridad.
Entre los que le increpaban siempre había ahorristas afectados por la venta de acciones preferentes del banco, unos productos financieros de alta complejidad que arruinaron, entre miles de personas, a muchos jubilados con ahorros en Caja Madrid.
Blesa llegó a la caja de ahorros en 1996 de la mano de Aznar. El entonces recién elegido presidente del gobierno español y él se habían conocido de jóvenes, cuando los dos preparaban el examen para convertirse en inspectores de Hacienda (la Afip española). Abandonó la presidencia de Caja Madrid en 2009 antes de que ésta y otras seis cajas de ahorros en dificultades se fusionasen un año más tarde para crear Bankia, la institución cuya nacionalización desató el millonario rescate europeo a la banca española.
El fallecido ex banquero estaba también pendiente de juicio por administración desleal, con supuestos sobresueldos de 8,57 millones de euros otorgados a la cúpula de Caja Madrid durante su gestión.