Los refugios oficiales, una opción con fallas donde no todos quieren ir
Falta de calefacción. Problemas edilicios. Mal estado de colchones. Fallas en aportes nutricionales de la comida. Horarios restrictivos, cuando por ley, deberían abrir siempre. Sólo un espacio con 140 camas que recibe a las familias para que no deban separarse. Se trata de los problemas que encontró la Auditoría General de la
Ciudad en un relevamiento que realizó ayer por los refugios oficiales para gente que vive en la calle.
Desde el Gobierno porteño informaron que esos 32 espacios son la opción para personas en si
tuación de calle. Los llevan los móvles que las recorren. Y si eligen no ir, se les da un kit de frío, que inlcuye una manta, gorro y un plato de comida caliente.
En los refugios “no hay lugar para guardar herramientas. La población trans se tiene que vestir de hombre y dormir en los de hombre. En resumen: no muestran un abordaje in
tegral, que involucre vivienda, salud y educación”, explicó Cecilia Segura, titular de la Auditoría. En una recorrida que realizó Clarín durante la noche del lunes, muchas personas dijeron, además, que no iban a los refugios porque tienen miedo que les roben sus pertenencias.