Marco Polo para millennials
La comedia musical protagonizada por el galancito Franco Masini combina humor, trucos y máscaras.
De: Alice Penn Dirección: Carla Calabrese. Música original: Javier Giménez Zapiola. Con: Franco Masini, Mariel Percossi, Mariano Chiesa, entre otros. Teatro: Maipo. Hay una franja de público para la que no hay demasiadas ofertas. Los niños ni tan chicos ni tan grandes que quieren ir al teatro, no siempre encuen- tran qué ir a ver. Marco Polo -estrenada en el teatro Maipo, a propósito de las vacaciones de invierno- es una propuesta para la familia, donde espectadores de todas las edades se toparán con un entretenimiento bien logrado.
Dirigida por Carla Calabrese y producida por The Stage Company (la misma productora que hizo el musical Shrek, también estrenada en el Maipo), esta comedia musical cuenta con un abanico de atracciones: músicos en vivo, juegos de luces, proyecciones, algún truco, humor, buen vestuario y máscaras, algunos bailes (con coreografías sencillas) y una escenografía que aprovecha los recursos. En lo actoral, los resultados no son parejos, pero la historia está bien contada.
El histórico personaje –un gran explorador nacido en el siglo XIII- recorre aquí una aventura que atraviesa tópicos propios del género, y el relato no presenta sorpresas, más bien, cae en lugares comunes. El conocido actor de TV Franco Masini encabeza el elenco. Pero es Mariano Chiesa (ac- tor, locutor y conductor, que trabajó mucho para el público infantil) el que sobresale por su interpretación, en el papel del antagonista, el general Want Mo; además de su convincente actitud en escena, alcanza uno de los tramos más divertidos de la obra en la interacción con el público.
Mariel Percossi es la princesa Mei y asume su personaje con gracia. Un actor de amplia trayectoria en musicales, Pablo Sultani, es el emperador Kublai Khan (aunque en la función que vio esta cronista, ese papel fue interpretado con muy buenos resultados por Patricio González Eric- sson).
Marco Polo es nombrado embajador de Venecia en China y viaja hacia ese destino. Debe sortear obstáculos, y luego enfrentarse a Want Mo en la disputa por la princesa, lo cual incluye la visita a un maestro shaolín. Con sus apenas 23 años (aunque parece más joven aún), Masini hace su primer protagónico en teatro y tiene la responsabilidad de encarnar a Marco Polo. Ser el protagonista de una comedia musical es un desafío grande. Cantar, bailar, actuar y practicar kung fu en el escenario, además de cumplir con su rol de galancito al que muchas niñas van a contemplar, son muchas exigencias: para algunas está más entrenado que para otras. Sin embargo, con simpatía y un gesto recurrente que no puede evitar (acomodar su cabellera), Franco despierta la ovación de las niñas y jovencitas de la platea.