La oposición marcha hoy contra el “fraude de la Constituyente”
El gobierno instalará la Asamblea, que será repudiada en las calles. El chavismo también manifestará.
La crónica tensión en Venezuela tendrá hoy uno de sus picos máximos y definitivos con el choque de manifestaciones chavistas y opositoras frente al Congreso, donde el régimen instalará su cuestionada Asamblea Constituyente. Ese organismo, que se convertirá en un poder supremo de 545 miembros, todos oficialistas, fue elegido el domingo pasado en una elección sospechada de fraude según la denuncia opositora y de la propia empresa a cargo del sistema electoral. Los constituyentes se instalarán en la sede del Legislativo desplazando a los diputados de la oposición que cuentan con la mayoría absoluta en ese cuerpo. La marcha disidente “para defender la Constitución del fraude”, prevista originalmente para ayer, fue corrida al viernes después de que el régimen decidió hacer la ceremonia ese día.
Las dos marchas confluirán en pleno centro de Caracas en un sitio de calles apretadas y se des- cuenta que dada la crispación que marca al país pueden producirse choques. La policía militarizada del régimen ya desde la noche del miércoles había tomado uno de los principales salones del edificio. Los recintos de la sede tienen un máximo de 200 bancas, insuficientes para la multitudinaria constituyente.
Los parlamentarios disidentes habían anunciando reiteradamente que no dejarán sus escaños. Hay una guardia permanente de los legisladores para preservar el edificio. Si la instalación procede como espera el régimen, se elegirán las autoridades y se darán las primeras disposiciones, que incluirían el retiro de la inmunidad a los parlamentarios opositores, y posiblemente la disolución del cuerpo. Ya con la justicia controlada por el chavismo, ese paso que incluirá la intervención de la rebelde Fiscalía General, configurará la instauración de una dictadura en Venezuela, al eliminarse todos los contrapesos institucionales que restaban.
Más de una veintena de países, entre ellos EE.UU y la UE, han criticado la elección de los constituyentes y desconocieron sus resultados. Washington, que hace unos días congeló los activos de Nicolás Maduro en territorio estadounidense, amenazó también con imponer sanciones económicas al país. Norteamérica es el mayor cliente del crudo venezolano. Sólo Rusia, que tiene acuerdos comerciales petroleros con el régimen, y China, acreedora de una deuda que se estima en 60 mil millones de dólares, apoyaron al chavismo en esta crisis, además de un pequeño puñado da países de la región.
El tono beligerante del régimen contra cualquier disidencia lo marcó con nitidez la constituyente Iris Varela, una dura chavista, quien advirtió a la Fiscal General Luisa Ortega Diaz que “no sea descarada, sepa que usted va a ir presa, usted tiene que pagar, es una tremenda delincuente, aquí se acabó la impunidad”. El reproche contra la funcionaria es porque, tras una larga carrera en el chavismo, rompió con el gobierno y denunció como ilegítimo el proceso de la elección de la Asamblea y la decisión de reformar la Carta Magna. Esa medida se adoptó violando la disposición constitucional que ordena un referéndum nacional para que se decida si se puede o no llevar adelante la reforma. El chavismo eludió ese punto atento a su caída de imagen que le aseguraba una derrota. La elección se hizo sin observadores, ni autorización al periodismo para acercarse a los centros de votación y con candidatos designados por organizaciones chavistas y la ausencia de los partidos políticos. Sin amilanarse, la fiscal abrió ayer una investigación contra las autoridades electorales atento a que la empresa de tecnología informática contratada para el comicio denunció que “hubo manipulación indudable” de los datos.