El Parlamento francés prohíbe a legisladores contratar a familiares
El Parlamento francés puso fin al nepotismo interno. En una debatida sesión, la Asamblea Nacional aprobó ayer la primera ley sobre la “moralización” de la vida pública, prometida por el presidente Emmanuel Macron, que prohíbe contratar a familiares de legisladores.
El proyecto de ley fue aprobado masivamente con 383 votos a favor, tres en contra y 48 abstenciones. El miércoles último el Senado ya había dado luz verde a la primera parte de un paquete de medidas contra los conflictos de interés.
La medida impide la contratación de los parientes más cercanos como cónyuge, concubino, padres e hijos, bajo pena de ser sentenciado a tres años de prisión y 45.000 euros de multa. La prohibición se extiende también a los ministros, senadores y a los cargos públicos locales.
No obstante, el texto deja la puerta abierta a las personas que únicamente tengan un “vínculo familiar” a partir de segundo grado, a condición de que los diputados lo declaren por escrito.
La práctica de emplear a familiares como colaboradores parlamentarios provocó una tormenta política durante la campaña electoral que antecedió la llegada de Macron al poder, cuando la revista Le Canard Enchai
né hizo saber que el candidato conservador François Fillon había empleado a su esposa y a sus hijos en el Parlamento sin asignación clara de tarea alguna.
Durante la campaña presidencial, Macron había anunciado que una de sus primeras medidas iba a ser justamente terminar con el nepotismo en la política. Con la presentación de esta iniciativa, el gobierno liberal de Francia busca recuperar la confianza en la política con reglas claras de gastos.
La semana que viene el Congreso tratará otro tema irritante para los franceses: la llamada “reserva parlamentaria”, unos fondos que los diputados pueden repartir según su criterio, por ejemplo, en proyectos en sus distritos electorales.
En este punto, los senadores y diputados no se pusieron de acuerdo en un texto común. En caso de conflicto entre las dos cámaras legislativas, la última palabra la tiene la Asamblea Nacional, donde el grupo de centro-derecha de Macron tiene una amplia mayoría.