Estuvo prófugo casi seis años por el crimen de un modelo y cayó en Paraguay
Lo acusan de ser quien le disparó a la víctima para robarle. Era menor de edad cuando cometió el asesinato.
“Al principio intentaron incriminar
a un perejil. Ahora es distinto: éste es el asesino de mi hijo, él fue quien le
disparó”. Matilde Sarubbi (58), mamá del modelo publicitario Diego Rodríguez (28), asesinado el 4 de octubre de 2010 durante un intento de robo en Liniers, no tiene dudas. Ayer, a casi siete años del crimen, cayó el principal sospechoso: un joven de 24 años, menor al momento del homicidio, que estaba viviendo en el mismo pueblo de Paraguay donde había nacido y en el cual vivía su familia.
Según pudo saber Clarín, el dato clave lo pasó en julio una persona que reclamó la recompensa de medio millón de pesos que ofrecía el Estado argentino a través del Ministerio de Seguridad por Edgar Romero Ruiz Díaz, hoy de 24 años.
“Tenía pedido de captura desde septiembre de 2011. Durante años me dijeron que no lo podían encontrar porque se movía constantemente. Puras mentiras. En 2013 renovó su documento de identidad en San Lorenzo (donde lo detuvieron ayer al mediodía). Ya chequearon que fuera él, con sus huellas digitales. Ahora hay que extraditarlo desde Paraguay y también investigar si hubo negligencia u otra cosa, porque no es que no lo encontraban...no lo buscaban”, agregó a Clarín Matilde quien, a través de su abogado, Mariano Facciu-
to, es querellante en la causa caratulada “tentativa de robo seguida de homicidio”, a cargo del Juzgado Nacional de Menores N° 5.
“Hoy tengo un poco de paz. Seguir luchando valió la pena. Este es un regalo para Diego, mi hijo, que el próximo 11 de agosto hubiera cumplido
35 años”, concluyó la mujer que en mayo del año pasado le escribió una carta el presidente Mauricio Macri y ayer no sabía cómo agradecer el trabajo conjunto de la División Prófugos de la Policía Federal, la Unidad de Inteligencia Sensible Antinarcóticos y Hechos Punibles Conexos de Paraguay y, sobre todo, al Comando Unificado Federal de Recaptura de Evadidos (CUFRE).
El crimen de Diego Rodríguez ocurrió a las 21.30 del 4 de octubre de 2010. El joven iba en en su Ford EcoSport a buscar a su novia, con quien convivía desde hacía meses, a la casa de sus padres, en el pasaje El Cha- cho 680, de Liniers. Cuando estaba estacionando, un Fiat Palio gris se le cruzó adelante y dos ladrones bajaron, lo amenazaron con armas y le exigieron su camioneta.
No está claro si Diego intentó resistirse. Lo cierto es que recibió un balazo en la cabeza y quedó tirado adentro de su propio vehículo, mientras que los asaltantes volvieron a subir al Palio y escaparon sin concretar el robo. Rodríguez fue trasladado al Hospital Santojanni. Lo operaron dos veces pero murió cerca de las seis de la mañana del día siguiente.
Horas después del crimen, fue encontrado el Palio gris abandonado en Ciudad Oculta, donde dos días más tarde la Policía detuvo a un primer sospechoso, un joven de 25 años que llegó a estar procesado con prisión preventiva por el “homicidio criminis causa” del modelo y el “robo calificado” del auto utilizado en el asesinato. Sin embargo, en el juicio oral se demostró que era un “perejil” ya que al momento del crimen de Rodríguez tenía una de sus piernas enyesadas y casi no podía caminar. Por eso fue absuelto, en octubre de 2012.
Casi en paralelo a esta detención, en otro operativo en Villa Cildáñez, la Policía apresó a dos sospechosos que se habían resistido a ser identificados, a uno de los cuales se le cayó una pistola Pietro Beretta calibre 9 milímetros con la numeración limada. Los peritos la cotejaron posteriormente con la vaina servida hallada en el interior de la Eco Sport del modelo asesinado y así constataron que se trataba del arma homicida. Este detenido recibió una condena de cuatro años y medio de prisión por “encubrimiento”.