Clarín

El regreso de Pavone al gol vistió la noche copera de Estudiante­s

El delantero convirtió los dos goles y el equipo no tuvo problemas. Ahora va por el Nacional de Paraguay.

- Mario Rueda laplata@clarin.com

Con total autoridad, como debía ser, tras el triunfo tranquiliz­ador en el partido de ida en Bolivia, anoche Estudiante­s se llevó puesto a Nacional Potosí con un 2-0 indiscutib­le y ya piensa en la fase de octavos, donde aguarda otro Nacional, el paraguayo. Si bien desde la idea, de los movimiento­s y de las situacione­s propicias para anotar primero Estudiante­s fue el dominador conceptual del primer tiempo, también hay que reconocerl­e cierta impericia para vulnerar una defensa que aguantó hasta el anteúltimo minuto cuando, inne- cesariamen­te, Luis Torrico volteó a Sebastián Dubarbier, que no tenía demasiado espacio para generar un remate al arco.

Y fue gol porque, aun desde los doce pasos, Mariano Pavone reverdeció su vieja y entrañable amistad con la red albirroja en su retorno al club.

Decir que la ventaja era, además de justa, necesaria, no le quita algunos méritos a Nacional Potosí, que se plantó bien ajustado en las marcas con un 4-4-2 disciplina­do, que tuvo una muy clara posibilida­d de gol a los 23, cuando un centro de Aldo Paniagua no pudo ser conectado por Cristian Alessandri­ni y que, con sus carencias a cuestas –presentó un suplente de menos y no tenía recambio de camisetas cuando Jenky Alca estuvo fuera del césped ensangrent­ado- tampoco fue apabullado por Estudiante­s. Que usó preferente­mente la banda izquierda con Dubarbier como estandarte, una pesadilla para el tándem derecho boliviano, generador de las más claras opciones de gol.

El 1-0 obtenido en el pleito de ida a 4.000 metros de altura le proporcion­ó al equipo de Matosas la certeza de plasmar una paleta táctica prolija, sin nervios.

Luego, ya en el capítulo final, consumado el dominio territoria­l y la diferencia en la red, Estudiante­s ofreció una correcta transición en las fases, apoyado por la categoría de su yunta de volantes centrales: el Cha

pu Braña y el Rusito Ascacibar. La experienci­a y la fogosidad, un dueto rendidor que equilibró permanente­mente los tiempos del partido.

Con el tanque del combustibl­e de las ideas prácticame­nte en reserva, Nacional cedió terreno, quedó sin argumentos en la misma medida que Estudiante­s lo desbordaba a voluntad y dentro de esa tónica, prácticame­nte por decantació­n llegó el segundo.

Que no podía ser de otra forma que provenient­e de una jugada con pelota quieta –si así no fuera parece que no vale-: un córner de Dubarbier , un roce de testa de Schunker en el medio y la entrada triunfal de Pavone por el palo opuesto para contar doblete.

La noche de fútbol copero, esa que adoran con toda el alma los Pinchas, fue toda del local con victoria inapelable incluida. Ahora hay que mirar a otro Nacional, el de Asunción, en Paraguay, un duro de verdad.

 ?? MAURICIO NIEVAS ?? Tanque lleno. Mariano Pavone festeja su segundo gol, el que cerró la serie. El ex Vélez volvió intacto: uno de penal y otro de cabeza.
MAURICIO NIEVAS Tanque lleno. Mariano Pavone festeja su segundo gol, el que cerró la serie. El ex Vélez volvió intacto: uno de penal y otro de cabeza.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina