El “yo me la banco” ya es imbancable
El ataque terrorista en Barcelona pudo haber ocurrido en cualquier parte: en Francia, en Alemania, en Italia. No debemos olvidar nunca que ésta es una guerra total, seguirá por largo tiempo” El escritor español Javier Cercas y su reflexión sobre el nuevo ataque de ISIS. Es una oferta que me interesa, con la posibilidad de jugar en una liga competitiva como la alemana. Es una propuesta real, diferente a lo de China. Ahora se trata de un club importante”. Lucas Alario, goleador de River y la posibilidad de irse al Bayer Leverkusen. Siempre estuve más interesada en la respuesta que tiene la gente a una tragedia: si se cura, si logra sanar o no sus heridas luego de un hecho terrible y definitorio que les sucede”. La escritora inglesa Paula Hawkins (“La chica del tren”) visitó la Argentina. Un ministro banca el ridículo. Un K ,los prontuarios. Y otro, una valija llena de datos de las maniobras con las DJAI.
Uno dice yo me la banco y asunto terminado. Es un modo de moda de hacerse el guapo. El ministro, repitamos: el ministro de Medio Ambiente y rabino Sergio Bergman se disfrazó de planta. Fue la mejor idea que encontró para defender el medio ambiente. Y después de fotografiarse de lechugas, dijo: yo me la banco. Y ya está. Disfracémonos de lechuga y el medio ambiente está salvado. Dady Brieva dijo: “A los K no los critico públicamente.
Son mi familia. Yo banco el prontuario”. Y ya está. Al menos no es ministro. Entre varias más, hay dos clases de kirchneristas. Los que dicen que no hay pruebas de que robaron, aunque sobren las pruebas. Y los que dicen con cierto realismo y mucho cinismo que todos los políticos roban y que en todo caso, Cristina robó pero hizo cosas para los pobres.
Brieva banca la corrupción y el ministro Bergman banca el ridículo. Hay otras formas del yo me la ban
co/bánquensela ustedes. Es la del ¿empresario? Martínez Rojas, productor de shows musicales en Corrientes pero conocido por otra razón: compró el diario ultrakirchnerista Tiempo Argentino y Radio América. Está prófugo y dice tener “una valija de 70 kilos escondida que avala su inocencia”. Quiere decir: guarda que la “desescondo”. ¿Qué “desescondería”? Lo dice él mismo. Eso “va a dejar en vilo a muchas personalidades, funcionarios
kirchneristas, del gobiernode Scioli y empresarios”, aclaró sin aclarar por ahora de quiénes se trata.
¿Y de qué tratan las acusaciones contra Martínez Ro
jas? Está metido hasta las manos en maniobras con las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importaciones (DJAI), una derivación del cepo cambiario y de la veda de importaciones que impuso Cristina en 2011 cuando comenzó a quedarse sin dólares y tenía clausurado el financiamiento externo. Hasta ahora el equipo del juez Meirovich comprobó que empresas truchas o con dueños o apoderados truchos giraron al exterior dólares que habían conseguido a precio oficial para pagar importaciones que nunca llegaron. No importaban mercaderías. Exportaban dinero.
Importaciones falsas más plata negra más lavado de dinero: calculan que son arriba de 300 millones y qui
zás hasta 1.000 millones de dólares. Las DJAI eran autorizadas por Guillermo Moreno y entre los entendidos era vox populi lo que estaba pasando.
Menos conocido era y es que una parte grande de la maniobra se armó gracias a amparos judiciales y gracias a una aceitada relación de estudios jurídicos con el fuero Contencioso Administrativo que resuelve los conflictos de personas y de empresas con el Estado y que es el segundo de mayor poder detrás de Comodoro Py. El camarista Jorge Morán ha sido elegido jefe de la nueva Asociación de Jueces Federales impulsada por el juez Lijo y auspiciada desde la Corte por Lorenzetti.
La próxima semana la AFIP y el Ministerio de Producción comenzarán a exigir pruebas de capacidad económica a quienes pidan DJAI. El desafío de moda de “yo me
la banco” resulta cada vez más imbancable.