Por primera vez EE.UU. sanciona el sistema financiero venezolano
Prohibió negociar bonos soberanos de deuda nueva y el pago de dividendos. Habrá excepciones.
Estados Unidos como anticipaban los mercados y adelantó en su edición de ayer Clarín, ejecutó por primera vez un paquete de sanciones al sistema financiero venezolano para limitar la capacidad de Caracas para financiarse.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó ayer una orden ejecutiva por la que prohibe las “negociaciones en deuda nueva y capital emitidas por el gobierno de Venezuela y su compañía petrolera estatal”.
La medida prohibe también las “negociaciones con ciertos bonos existentes del sector público venezolano, así como pagos de dividendos al gobierno de Venezuela”. Hasta ahora, las sanciones de Washington hacia Venezuela se habían circunscrito a represalias financieras y jurí- dicas contra el propio presidente Nicolás Maduro y una treintena de funcionarios y ex funcionarios de su gobierno, a los que acusa de quebrantar la democracia, propiciar la corrupción o violar los derechos humanos.
El régimen reaccionó sosteniendo que se trata de “las sanciones más graves en 200 años de historia”, según comentó el canciller chavista.
La Casa Blanca califica abiertamente de dictadura al régimen bolivariano particularmente después de que anuló al Congreso e impuso una Constituyente como una estructura soberana que dicta leyes y justicia fuera del equilibrio de poderes. La titular de ese organismo, la ex canciller Delcy Rodríguez, culpó a la oposición por estas sanciones norteamericanas. El régimen tiene como libreto único acusar a la disidencia de la crisis que afecta al país eludiendo cualquier atisbo de autocrítica.
Atento a los fuertes vínculos económicos que aun persisten entre Caracas y Washington, el gobierno de Donald Trump aclaró que “para mitigar el daño al pueblo estadounidense y venezolano, el Departamento del Tesoro emitirá licencias generales que permiten transacciones que de otra manera estarían prohibidas por la orden ejecutiva”. Esas licencias in- cluirán “la financiación de la mayoría del comercio, incluyendo las exportaciones e importaciones de petróleo, transacciones que solo involucran a Citgo, las negociaciones de cierta deuda venezolana existente y la financiación de bienes humanitarios”. El punto refiere al dinámico comercio petrolero entre Venezuela y EE.UU. Caracas le vende 750 mil barriles diarios y compra unos 200 mil de petróleo ligero. Citgo es la subsidiaria de la estatal PDVSA en Estados Unidos donde cuenta con refinerías y una red de estaciones de servicio.
En los mercados esperaban ayer mayores precisiones sobre los alcances de la disposición. Al margen de que la medida refiere a deuda nueva, se buscaba establecer si afectará el mercado secundario de bonos donde se transan 60 mil millones de deuda venezolana. Los papeles de ese país son buscados en los mercados de riesgo porque, aunque la exposición es muy elevada, tienen un premio extraordinario. El régimen, además, hasta ahora ha cumplido con sus pagos más allá de las calamidades internas que padece.
“Estas medidas están cuidadosamente calibradas para negar a la dictadura de Maduro una fuente crítica de financiación para mantener su gobierno ilegítimo, proteger el sistema financiero de Estados Unidos de complicidad en la corrupción de Venezuela y en el empobrecimiento del pueblo venezolano y permitir la asistencia humanitaria”, explicó la nota de la Casa Blanca. “La dictadura de Maduro sigue privando al pueblo venezolano de alimentos y medicinas, encarcelando a la oposición democráticamente elegida y suprimiendo violentamente la libertad de expresión”, agregó. Y remarcó que “el saqueo desenfrenado de los activos del país” coloca a Venezuela “cada vez más cerca del default”.
La agencia de calificación financiera SP Global Ratings advirtió en julio sobre el riesgo de impagos debido al deterioro de las condiciones económicas y el aumento de las tensiones políticas. Entre octubre y noviembre, Venezuela y PDVSA deberán pagar unos 3.800 millones de dólares en vencimientos de bonos.
El canciller venezolano, Jorge Arreaza, señaló ayer desde la sede de la ONU que las sanciones financieras anunciadas por Estados Unidos son la “peor agresión a Venezuela en los últimos 200 años”. “Quizá Estados Unidos está tratando de promover una crisis humanitaria en nuestro país. ¿Qué quieren? ¿Quieren matar a los venezolanos de hambre?”, se preguntó el funcionario y ex yerno de Hugo Chávez .
Arreaza reclamó que la ONU no se quede “de brazos cruzados” ante las acciones estadounidenses y subrayó que el Gobierno defenderá a sus ciudadanos “por todos los medios”
Washington y Caracas retiraron a sus embajadores en 2010.
El régimen culpó a la oposición y afirmó que se trata de las mayores sanciones en “200 años”