El Salón de los Pasos Perdidos recuperó su brillo histórico
luz natural hacia la planta baja. Las
luminarias -20 de diferentes tamaños- también se restauraron y fue fundamental el taller de “Moldes y ornatos” del Congreso, quienes replicaron las piezas faltantes o rotas.
El coordinador del PRIE, Miguel Marmora, destacó que en este proceso uno de los pasos más importante fue “tener un equipo de profesionales que está arriba del edificio todo el tiempo. El mantenimiento es clave porque es un edificio con mucho uso, lo transita mucha gente y todo el tiempo estamos arreglando cosas puntuales, más allá de la restauración”, explicó. Y a veces, no cuentan con la ayuda de quienes trabajan allí: por ejemplo sobre los pupitres restaurados, diputados pegan con cintas adhesivas sus nombres, lo que daña la madera. Y los gremios cuelgan comunicados.
A pleno y radiante. El Salón de los Pasos Perdidos ya está restaurado por completo y, como dicen con orgullo los responsables de este trabajo, fue realizado “100% con personal de la
casa”. Cuando comenzaron los estudios preliminares para determinar el grado de deterioro, se encontraron con un cielorraso con filtraciones de agua; luminarias oxidadas, deforma
das y rotas; los zócalos de mármol, también con filtraciones y humedad, y los pisos históricos tenían capas y
capas de cera envejecida e incluso perforaciones, porque algunos muebles se encontraban empotrados.
Una de los trabajos más importantes fue la recuperación del vitral que ilumina de manera cenital el salón: como muchas otras obras de arte, se desconoce su origen porque no está firmado. Pudo haber llegado desde Italia o haber sido realizado aquí por vitralistas italianos. En el proceso de restauración se buscó minuciosamente alguna pista, pero no fue hallada. Para repararlo, se montó un andamio in situ. En trabajos anteriores, partes de la obra habían sido mezcladas. “Se quitaban y, al no contar con una bitácora, los montaban en cual
quier parte. Para reconstruirlo se usaron fotos en negativo de vidrio, cedidas por el Centro de Documentación e Investigación de la Arquitectura Pública (CEDIAC). Los negativos se escanearon, se amplificaron y nos permitieron llegar a el diseño original”, explicó Paula Palavecino, del equipo del PRIE.
Con este mismo nivel de detalle se recuperaron, por ejemplo, las 27 ven
tanas redondas del piso. Dispuestas en 9 filas de 3, sus paños conforman un rosetón y cada pétalo está enmarcado en bronce. Permiten el paso de