Un gendarme admitió que hizo un disparo mientras perseguía a los mapuches
ADN negativos No hallaron nada en los vehículos de Gendarmería
Fue con una bala de goma. El dato figura en el informe de la investigación interna que el Gobierno le entregó al juez de Esquel: dijo que apuntó al piso. Hasta ahora se sabía que hubo disparos en la ruta, pero no durante la persecución hacia el río Chubut. Se suma al relato de otro gendarme que admitió haber tirado una piedra a un manifestante. Así, crece la hipótesis de que Maldonado pudo haber sido herido por un efectivo que luego ocultó el hecho.
Un gendarme reconoció que disparó
su escopeta anti motín al interior de Cushamen y en dirección a la figura de un manifestante el día del operativo del 1 de agosto. Ambos, presumiblemente se hallaban en las cerca-
nías del río Chubut. Al momento de disparar una carga de balines de goma, el gendarme se había separado
del grupo y estaba en solitario. El testimonio, al que tuvo acceso Clarín y fue confirmado por fuentes de la investigación, fue volcado en el marco de los interrogatorios internos que elaboró la Gendarmería y es parte del informe que el Gobierno le entregó al juez del caso Guido Otranto.
El dato apuntala la hipótesis, cada vez más fuerte, de que fue un núme- ro reducido de agentes los que alcanzaron la zona del río y no los 40 gendarmes que participaron del operativo. Lo que sucedió allí todavía no está claro. El gendarme también relató que el disparo fue hacia el piso, que su tiro no tocó al manifestante, pero que le pasó por su costado. Todo indica que la distancia entre ellos no era grande.
Las declaraciones que ahora comienzan a salir a la luz ponen en entredicho el primer informe que ofre-
ció Gendarmería Nacional al ministerio de Seguridad conducido por Patricia Bullrich en el cual se informaba que en 40 entrevistas no se habían encontrado contradicciones ni elementos que hicieran caer sospechas sobre el cuerpo que intervino el 1 de agosto en Cushamen, último día en que se lo vio a Santiago Maldonado. Esto ha cambiado notoriamente.
Primero se supo que hubo gendarmes que efectivamente llegaron hasta el río. Luego trascendió que otro gendarme arrojó una piedra contra uno de los ocupantes del campo justo antes de atravesarlo, situación que fue corroborada por sus compañeros y, por último, surge el caso de un agente que acepta haber disparado su arma en contra de alguien, lejos del grupo. Es decir, en la avanzada. Aunque este tipo de munición se utiliza con fines disuasivos, disparada a una distancia de 15 metros puede provocar serias lesiones. El relato puntualiza que se la dirigió a “un costado” de la persona, por lo que se infiere que la tenía relativamente cerca. Una fuente ligada a Gendarmería Nacional admitió a este diario que hubo diparos, pero dijo que no se utilizaron balas de goma dentro del predio“Se dispararon proyectiles antitumuldo, pero fuera del territorio. Se disparó a una distancia de más de 100 metros a los fines de disuadir con el ruido”, aseguró.
También quedan desestimados los dichos del comandante segundo del Escuadrón 36 de Esquel, Juan Pablo Escola. El comandante le había señalado a Clarín que no habían estado cerca del afluente. “Quedamos a varios metros de la costa del río, pensé
que podían sorprendernos, no los veíamos. No alcanzamos el río. Ordené el repliegue hasta la zona de la casilla, en la entrada del predio”, explicó.
En este momento se sabe que al menos ocho de los gendarmes tocaron los límites del Chubut. La confesión del agente que disparó su escopeta sumaría otro miembro a esta lista de sospechosos. “No íbamos armados con armas 9 milímetros, ningún
arma de guerra fue usada”, dijo en aquella oportunidad Escola quien no descarta que se utilizaran las escopetas anti motín en Cushamen.
Ayer declararon ante la Justicia tres gendarmes que estuvieron presentes el 1 de agosto en el área. Los dos primeros fueron Walter Ruiz Díaz y César Peralta, cocineros del Escuadrón 35 de El Bolsón. Relataron que estuvieron en la ruta 40 y que no participaron del procedimiento. Pero dijeron que escucharon sobre el episodio de un compañero (no lo identificaron) que relató haber golpeado a un manifestante con una piedra. Según su versión, la persona logró cruzar del otro lado del río. El siguiente testimonio fue el de Juan Carlos Pelozo. El agente sí participó de las acciones en Pu Lof, junto a otros 30 efectivos. Pelozo recordó que bajó hacia el curso de agua y que desde allí observó a los manifestantes que se había refugiado enfrente.
Los agentes declararon durante 3 horas. Llegaron a las 10 de la mañana vestidos de civil e ingresaron por la puerta lateral del edificio judicial, la misma por la cual salieron disfrazados de policías varias horas más tarde para evitar incidentes.