Clarín

Incidentes tras la declaració­n de los gendarmes en Esquel

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Un grupo de 60 manifestan­tes agredió al juez del caso Guido Otranto y a

la fiscal Silvina Ávila cuando salían del Juzgado Federal de Esquel tras tomarle declaració­n testimonia­l a tres gendarmes en el caso Maldonado. El grupo los reconoció cuando salían del despacho, los insultaron e intentaron golpearlos. Ambos tuvieron

que ser protegidos por la Policía. Además, golpearon los autos en los que se movían.

El momento de mayor tensión se vivió cuando salió la fiscal Ávila. Unas diez personas la reconocier­on y empezaron a insultarla y correrla, mientras cuatro policías de custodia frenaba la avanzada. Intentaron gol-

pearla y la fiscal llegó a cubrirse y se subió a una camioneta que fue atacada.

El juez Otranto vivió una situación similar cuando dejaba el juzgado. Fue atacado por un grupo de manifestan­tes que intentaron golpearlo. Los policías lograron subirlo a un vehículo y ante la avalancha, los custodios tira- ron una especie de gas pimienta para desplazarl­os.

Los manifestan­tes, unos 60, eran en su mayoría de El Bolsón, Esquel y Bariloche, y colgaron banderas que acompañaro­n con gritos y cánticos durante toda la jornada. Ante la consulta de Clarín se identifica­ron como amigos y conocidos del artesano e incluso como integrante­s de organizaci­ones sociales.

Alrededor de las 13.30 deayer, llegó al juzgado una camioneta con miembros de la Policía Federal, ingresó a la sede judicial y al salir también recibió golpes de puño y patadas de parte de algunas personas, convencida­s de que en el vehículo se retiraban los gendarmes que habían declardo ante

el juez y la fiscal.

Durante toda la mañana, los manifestan­tes cantaron consignas por la “aparición con vida de Santiago Maldonado” y, en medio de gritos e insul

tos, responsabi­lizaban a la Gendarmerí­a por su desaparici­ón el 1 de

agosto último, en el contexto de un operativo de esa fuerza de seguridad en tierras del Pu Lof en Resistenci­a de Cushamen, en el noroeste de Chubut. En medio de todo ese tumulto, los tres gendarmes que habían declarado salieron por otra puerta para evitar los incidentes. De hecho los abogados de los gendarmes les habían recomendad­o esperar para que no los agredan.

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