Esperaba el colectivo, lo golpearon con una piedra y murió tras un día de agonía
La víctima había ido a un bar con amigos. Su familia denuncia que lo atacaron para robarle la billetera.
Franco Matías Sánchez (25) se juntó el jueves a la noche en un bar con unos amigos, a metros del cruce de Pasco y Salta, en Temperley. A la salida, ya en la madrugada del viernes, estaba esperando el colectivo 177 para volver a su casa cuando fue víctima de un brutal ataque. Al menos cinco personas comenzaron a golpearlo. Cuando cayó al piso, le tiraron una piedra de gran tamaño en la cabeza. Quedó tendido en el suelo, con triple fractura de cráneo, y murió en las primeras horas del sábado, tras agonizar en un hospital. “Le robaron lo que tenía en la billetera, no sé si lle
gaba a juntar 100 pesos”, contó a Clarín Viviana, la madre de la víctima. La principal sospecha del fiscal es que se trató de un “homicidio en riña”, tal como está caratulada la causa. Es decir que plantea la posibilidad de una discusión que se habría originado en el bar en el que estaban. “Él salió del baile y esos chicos lo siguieron y lo corrieron”, dijo ayer la madre de la víctima. La tesis del fiscal se sostiene también porque a “Cako”, tal co-
mo le decían sus amigos, no le robaron el celular.
Franco tenía dos hermanos mayores y dos medio hermanas adolescentes. Era papá de una nena de cuatro
años. Cuando lo atacaron, regresaba a su casa de Banfield, donde vivía con su padre. Hasta hace poco trabajaba en una empresa metalúrgica, pero se quedó sin empleo y empezó a hacer changas en albañilería junto a su papá. Era hincha fanático de Racing.
Según contó una empleada de una panadería de la zona, eran entre cinco y seis los jóvenes que atacaron a Franco. Tras golpearlo en la cabeza al menos tres veces, los agresores se fugaron, dejándolo tirado en el piso. “Arrancaron un pedazo del asfalto y lo usaron para masacrarlo”, agregó la madre de la víctima.
Después de la agresión, un amigo de Franco llamó a una ambulancia, que lo trasladó al Hospital Gandulfo. Allí estuvo internado menos de 24 horas y la idea de los médicos era trasladarlo al Hospital de Alta Complejidad El Cruce ni bien se estabilizara su situación clínica. Pero por su gravísimo estado murió en la madrugada del sábado. “Tenía triple fractura de cráneo, una fractura en la mandíbula y la cara destrozada, no era mi hijo el que estaba ahí”, contó su madre. “Lo querían todo en el barrio, no sé de donde salió esta gente”, completó la mujer.
Los familiares se movilizan en las redes sociales bajo la consigna de #JusticiaxFranco. Por el crimen todavía no hay detenidos.