Los Angeles, una ciudad latina como nunca
Estados Unidos le abre las puertas al arte de la región y su cultura. Con su riqueza y, también, con sus conflictos.
Ahora sí: por fin podemos decir que la escena internacional está dando entrada firme al arte latinoamericano y latino (es decir, el de los artistas latinoamericanos emigrados a los Estados Unidos o descendientes de familias latinoamericanas). Porque ayer comenzó en Los Ángeles una movida inédita: la Fundación Getty – una de las organizaciones dedicadas al arte más poderosas del mundoinauguró Pacific Standard Time
LA/LA, un gigantesco evento que comprende más de setenta exposiciones, que se harán durante los próximos meses, todo vinculado a los artistas de nuestra región y culturas.
Las muestras comenzaron a inaugurarse este martes en varias zonas de Los Ángeles y seguirán hasta enero. Nuestro país estará bien presente, por ejemplo a través de la muestra
Fotografía en argentina 1810-2010, o
en Haciendo el arte concreto: obras de la Argentina y Brasil de la colección Patricia Phelps de Cisneros; también
en Palabras ajenas y Mujeres radicales, 1960-1985. Artistas como León Ferrari, Marta Minujín, Dalila Puzzovio, la rosarina Graciela Sacco, Liliana Porter, los pintores Raúl Lozza y Alfredo Hlito, los fotógrafos Martin Weber, Annemarie Heinrich y Julio Pantoja, entre otros, mostrarán obras.
Dentro de este proyecto -gestado desde hace 4 años con un costo de más de 16 millones de dólares-, también hay curadores argentinos, como Rodrigo Alonso, Verónica Tell y Andrea Giunta. Se busca comprender el arte y la cultura de nuestra y de su región reconociendo la influencia que hemos tenido los latinoamericanos en algunas partes del mundo.
La pregunta capital que flota por encima de cada exposición es: ¿Qué es el arte latinoamericano hoy? ¿Qué y cómo somos los latinos y latinoamericanos? Preguntas que probablemente no tengan una sola respuesta ni tampoco, si la tuvieran, sería sencilla. “La idea central de Pacific Stan
dard…. no es contar una historia cerrada del arte latinoamericano; hay muchísimas historias, períodos, lugares, estilos que ocurren a la vez”, decía Deborah Marrow, directora de la Fundación Getty, durante la presentación del proyecto, en Los Angeles. Sin dudas, después de Pacific Standard…, el arte latinoamericano y latino será observado con otra atención. Y esto, en épocas de Trump, no resulta indi- ferente: hay muestras enteras que hablan de bordes, de límites de los territorios y de los cuerpos, de conquistas de los derechos y de fronteras.
El historiador del arte James Cuno aportaba lo suyo: “El arte es, Los Ángeles es”, decía, “una fuerza para construir puentes antes que paredes”. Estas exposiciones pareciera que se realizan desde esa posición. Incluso ayer, durante el evento, presentaron dos nuevas palabras: “latinx” y“chicanx”: los problemas de género también aparecen. La programación es ambiciosa. Hay muestras como Reinos de oro: lujo y herencia en la América antigua, con más de trescientas obras realizadas en oro desde el año 1000 antes de Cristo. Y otra como Las metrópolis en América latina, 1830-1930 : una detallada panorámica sobre el desarrollo del paisaje cultural, económico y urbano de seis ciudades latinoamericanas. También Las palabras de los otros: León Ferrari y la retórica en tiempos de guerra, Por debajo de lo subterráneo: arte renegado y arte de acción en la México de los 90 y Cómo comprender al Pato Pascual: Disney en América Latina y America latina en Disney. Y son sólo algunas de las exposiciones importantes.
A manera de un festejo del arte latino y latinoamericano, la Getty sostiene que, a partir de este momento, “habrá arte; habrá, por lo tanto, disonancia”. La movida recién comienza.