Clarín

La historia de amor, mentiras y celos fuera de control, que terminó en el asesinato del rugbier

Drama en San Rafael. Julieta era conocida en su ciudad. Pero pocos sabían que salía con Genaro. Hasta la noche del final.

- MENDOZA. CORRESPONS­AL Roxana Badaloni mendoza@clarin.com

“Julieta era sociable, para algunos un poco altanera; era una mujer independie­nte”

¿Julieta Silva es una asesina que tuvo la intención de pisar a su novio después de una discusión a la salida del boliche? Esta pregunta divide a los habitantes de San Rafael, en el sur mendocino, a una semana de la trágica muerte del rugbier Genaro Fortunato. Fue el desenlace de una relación de amor controvert­ido, celos e intrigas.

Cuando Genaro (25) y Julieta (29) comenzaron a salir, tres meses atrás, ella acababa de separarse, pero aún convivía en la misma casa con su ex marido –comerciant­e del rubro librería- y sus dos hijos, dos varones de 5 y 10 años.

Genaro era un conocido jugador de rugby del club Belgrano y Julieta, integrante del equipo de hockey de adultas del club Banco Mendoza. Además era la dueña de un local de indumentar­ia femenina Verde Limón que, según cuentan, le había puesto su marido. “Es habitual que haya coqueteo entre rugbiers y hockistas, es algo de siempre. Ellos se conocieron por estos cruces entre clubes”, cuenta una ex compañera de equipo de Julieta.

Fue incialment­e, y quizás hasta su triste desenlace, una historia oculta. Muy pocos, los amigos más cer

canos, conocieron este romance. La relación transcurri­ó entre escapadas de fin de semana, salidas a bailar y encuentros esporádico­s por los momentos distintos de la vida de cada uno. Ella le lleva casi cinco años, tenía dos hijos, atendía su negocio y hasta la noche de la muerte de su novio, permaneció conviviend­o bajo el mismo techo que su ex marido. “No sabíamos que estaba separada. Casi no mencionaba al padre de sus hijos (Pablo) y se movía sola”, recuerdan en una San Rafael todavía impactada por la historia.

Julieta vestía a la última moda, hacía gimnasia para estar delgada y se mostraba muy preocupada por su

estética. “Era sociable. Tenía una personalid­ad de líder, para algunos era soberbia y altanera, pero daba la imagen de una mujer muy independie­nte”, relatan sus conocidas del club.

Genaro, según lo describen sus amigos, era el típico “winner”: popular, alegre, talentoso, fachero y galán: Esos tipos lindos que pueden elegr con quien estar. Su vida pasaba por el rugby -dedicado a jugar en Belgrano desde los cinco años - al igual que la de su hermano mayor Fausto, integrante de la selección argentina de rugby 7.

Fue en el club donde Genaro conoció a su anterior novia, Agostina Quiroga (22 años y también jugadora de rugby), con quien mantuvo una relación de cinco años. Ahora ella está embarazada de cuatro meses. La familia del rugbier espera con ansias la llegada del bebé: “Voy a tener un pedacito de mi hijo conmigo, quiero que nazca ya", dice ansioso Miguel Fortunato, el papá de Genaro.

Para la fiscal que investiga la muerte del rugbier, Andrea Rossi, la pareja que formaron Julieta y Genearo tuvo una relación consolidad­a, más allá del poco tiempo que llevaban juntos. Fue un amor intenso y todo apunta a que discutiero­n por una cuestión de celos.

Una amiga de Genaro contó que con Julieta tenían una relación “enfermiza y violenta”, que esa noche salieron peleando al estacionam­iento y que en otras oportunida­des, habían sido vistos, discutiend­o en público. “Terminó como empezó”, planteó Bibiana, la amiga.

Julieta fue acusada de homicidio agravado por el vínculo y por alevosía, al pasarle por encima cuando él estaba en el piso. Fue enviada al penal de San Rafael y podría caer sobre

una condena a reclusión perpetua, de hasta 35 años de cárcel.

Varios testigos que estaban en el boliche dan cuenta de lo que ocurrió. Entrada la madrugada del sábado, llegaron juntos al bar “La Mona”. Bailaron y bebieron. Comenzaron a discutir y salieron de prisa. Allí interviene el testimonio central, del cuidacoche del boliche: salieron discutiend­o hacia el estacionam­iento. Llovía con intensidad. Ella subió al auto Fiat Idea. Él intentó frenarla y se apoyó sobre la ventanilla que estaba semiabiert­a. Ella avanzó con el auto y él se cayó sobre la calle. La mujer siguió su marcha unos 150 metros y realizó una maniobra en U para volver. Él seguía tirado en el piso y se estaba levantando cuando el auto que conducía

su novia le pasó por encima. Le produjo aplastamie­nto de cráneo y causó su muerte inmediata.

En su declaració­n a la Justicia, la mujer dijo que volvió al boliche para devolverle a su novio el celular y las llaves, que llevaba en la cartera: “Pensé que había pisado un pozo", describió la mujer. Y aseguró que recién se dio cuenta que lo había pisado cuando el cuidacoche le pidió que frenara. "El chico me decía: lo pisaste, lo pisaste, pero no lo había visto", declaró Julieta.

Un vecino de la calle 3 de Febrero, donde vivía Julieta con sus padres desde chica, contó cómo fue el momento en que toda su familia se mudó a la Patagonia. Ella armó su vida sola en San Rafael. “Quedarse sola y tener hijos antes de los 20, la hizo madurar de golpe”, dijo.

En la cárcel, la acusada de matar a su novio no para de llorar. Un profesiona­l que la asistió, contó:. “Está quebrada, nunca se imaginó terminar así, entre rejas”.

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Julieta Silva. Tiene 29 años y dos hijos de su anterior pareja. Podrían condenarla a 35 años de cárcel.
 ??  ?? Ayer. Los padres de Genaro en un homenaje en el club Blegrano.
Ayer. Los padres de Genaro en un homenaje en el club Blegrano.
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Genaro Fortunato. Tenía 25 años.

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