Más de siete horas y dos grúas para mudar la estatua de Juana Azurduy
La trasladaron 570 metros, desde la Plaza Colón, detrás de la Casa Rosada, hasta el CCK. Trabajaron 20 operarios. En la semana, la evaluarán expertos para empezar a restaurarla.
La figura de Juana Azurduy quedó casi cinco minutos suspendida en el aire, espada en mano, como flotando, sobre la tarima que la mantuvo durante dos años detrás de la Casa Rosada. La sostenían cuatro ganchos y dos grúas, mientras las 20 perso-
nas encargadas del operativo de su traslado al CCK la miraban nerviosas. Esperaban la maniobra clave que la depositara sobre el carretón para transportarla cinco cuadras.
La mudanza del monumento diseñado por el escultor Andrés Zerneri empezó a las 8.30 y se extendió hasta las 16. Siete horas y media se necesitaron para desplazar 570 metros, principalmente por avenida Alem, a la escultura de bronce de 21 tonela
das. En ese lapso, los alrededores de avenida La Rábida se convirtieron en una atracción más de Buenos Aires: curiosos a pie, en bicicleta y en auto se asomaron a ver el nuevo cambio del parque, donde entre 1921 y 2013 estuvo la histórica estatua de Cristó
bal Colón. Esa obra fue desmontada
por orden de la ex presidente Cristina Fernández de Kichner en 2013 y traslada frente al Aeroparque Jorge Newbery en 2015, donde aún no ter
minaron de armarla (ver Colón espera...). Y la movida generó una fuerte polémica.
“Vinimos por curiosidad a ver cómo movían un monumento tan grande”, contó a Clarín Sandra Páez (48). Segundos antes, había logrado captar con el celular cómo las grúas lo bajaban. Viajó desde Florencio Varela con un amigo, quien trabaja en la construcción y quería ver cómo manejaban las máquinas. “Pienso que a Colón no lo tendrían que haber sacado. Al final, cada Gobierno terminó
haciendo lo que quería”, opinó. A metros, Victoria Coronel, una cordobesa que caminaba por La Rábida, se paró a preguntar los detalles del traslado . “Tenía un congreso cerca y quise venir a ver. Me parece todo un símbolo que saquen la estatua de Juana de la Rosada y la muden al CCK. Una marca de la grieta”, indicó.
Del otro lado de la reja que separa la vereda de la plaza, los obreros y operarios se sacaban selfies con el monumento de fondo. A muchos de ellos, varios parientes les fueron a hacer el “aguante”. “Mi marido es uno de los albañiles. Lo traje a mi hijo, de cuatro años, para que vea lo que hace. También participó en la construcción de la base donde van a poner la escultura en el CCK”, contó Francisca Cristaldo (38).
La mudanza -también de otras piezas de la zona- está enmarcada en la
construcción del Parque del Bajo, por el cual planean reducir la “panza” de La Rábida, correr los carriles y sumar espacio verde. Se vincula con el Paseo del Bajo, la obra para conectar las autopistas Illia, 25 de Mayo y Buenos Aires-La Plata. También reubicarán otras estatuas, como la dedicada a Garay. Ya no quedarán piezas detrás de la Rosada.
Las grúas que utilizaron ayer tenían capacidad para levantar 70 toneladas cada una. El carretón medía 10 metros de largo y 3,6 de ancho. Es “el más grande que hay”, según afirmaron en el Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte porteño, a cargo del despliegue.
Todo el operativo se hizo de forma muy pausada, con cuidado. Los encargados tenían una gran duda: dijeron que no sabían con certeza cuánto pesaba el monumento. Zerneri señaló en entrevistas que era de 20 toneladas, pero las fuentes oficiales señalaron que no contaban con documentación. “Tuvimos que especular como si pesara mucho más, por las dudas”, explicó el ministro de Desarrollo Urbano y Transporte porteño, Franco Moccia.
Había otro problema: la obra, advirtió Zerneri, no fue terminada. Explicó que le falta una pátina, que ade
más de darle el color, la protege. Por eso, las fuentes oficiales indicaron que el desgaste, luego de haber estado dos años a la intemperie, fue mayor al esperado.
A las 11 levantaron a la pieza de su base. Antes, le habían colocado una estructura llamada trineo, donde pusieron los ganchos de las grúas. Pasado el mediodía, el camión la llevó a la plataforma de hormigón que ya estaba preparada frente a la plazoleta del CCK. A las 16, terminaron de colocarla en ese lugar. Tenían que lograrlo antes de las 17.30: el seguro de
las grúas permitía que circularan hasta esa hora.
Durante la próxima semana prevén realizar las primeras evaluaciones para su puesta en valor. “La escultura será revestida. Vamos a aprovechar el montaje para hacerle la restauración que ya necesitaba cuando se encontraba ubicada en la Plaza Colón”, precisó Moccia.