Clarín

La historia de “Mery”, la “reina” oculta detrás de los negocios de La Salada

En los ‘90 fue una de las fundadoras de Urkupiña, uno de los tres predios que conforman la feria de Ingeniero Budge. Es socia del detenido “Quique” Antequera y ahora la Justicia la busca como parte de una asociación ilícita. Estaría en Bolivia.

- Luis Moranelli lmoranelli@clarin.com

Como en el mundo ideado por George R. R Martin, autor de la saga que inspiró a la serie televisiva Game of Thrones, detrás de la millonaria recaudació­n de La Salada conviven “reyes” que comparten -y se disputanel poder. Dos de ellos, Jorge Castillo y Enrique “Quique” Antequera, fueron detenidos y acusados de liderar asociacion­es ilícitas que explotaban oscuros negocios con barrabrava­s como brazo armado. Sin embargo, ese complejo mapa tiene también una “reina” oculta: Mery Natividad Saravia Rodríguez, prófuga desde agosto.

La historia de “Mery”, como la conocen en Ingeniero Budge, está vinculada a los inicios de La Salada. Nacida en Bolivia el 25 de diciembre de 1960, pisó fuerte en Lomas de Zamora de la mano de su marido, René Gonzalo Rojas Paz. Fue a comienzos de los ‘90, cuando cientos de vendedores ambulantes decidieron comprar un predio donde había funcionado una pileta de agua salada para fundar la feria Urkupiña, nombre elegido en homenaje a la Virgen de la ciudad boliviana de Quillacoll­o.

Antes, los vendedores -en su mayoría de la colectivid­ad boliviana- habían sido desalojado­s de Puente 12, en el cruce de la autopista Riccheri y Camino de Cintura, y del Mercado Central. Lo que comenzó como un oportunida­d para dejar de escapar, se transformó en el inicio de un negocio millonario que crecería a la par de las crisis económicas.

Urkupiña S.A se fundó el 9 de septiembre de 1992. El acta constituti­va, firmada ante un escribano de la ciudad de Buenos Aires, designó como únicos socios a Saravia y Antequera. Entre los dos se repartiero­n todo el capital, en partes iguales. Aunque no quedó registrado como accionista, Rojas Paz continúo como referente máximo de la feria.

El negocio creció y los ingresos se multiplica­ron, pero no todos tuvieron el mismo lugar en el reparto de las ganancias. Desconfiad­os, varios socios decidieron asesorarse: fue ahí cuando descubrier­on que los títulos que les habían entregado como acciones no tenían valor. “De golpe nos encontramo­s con que todo estaba a nombre de dos personas, cuando fuimos cerca de 400 personas las que pusimos hasta 800 dólares para comprar el predio. Ellos eran puesteros como nosotros, no tenían un peso”, cuenta a Clarín uno de los feriantes que encabezó el reclamo.

El 14 de enero de 2000 una nueva asamblea modificó la composició­n de la sociedad. “Mery” Saravia y Antequera se quedaron cada uno con el 30 %, mientras que otros 365 socios se repartiero­n el 40 % restante. Esa maniobra, resistida durante un litigio judicial que se extendió durante 10 años, se mantuvo hasta hoy.

En 2001, tras la misteriosa muerte de Rojas Paz -fue hallado ahorcado en una celda de la cárcel de Ezeiza-, “Mery” Saravia heredó su poder. Aunque Antequera siempre fue la cara vi---

sible de Urkupiña, quienes conocen los movimiento­s de la feria aseguran que es “Mery” quien toma las decisiones. “No le tiembla el pulso. Siempre fue de la línea dura que no quiso negociar”, cuenta un abogado que participó del conflicto judicial entre los socios mayoritari­os y los feriantes. Esa pelea tuvo su pico de violencia en 2012, durante el desalojo de un acampe por el que fue procesado Antequera. Ese mismo día murieron dos hijos de Saravia, durante el incendio de su casa de Cañuelas.

“Mery” no está sola en el manejo de Urkupiña. A su lado creció otra figura importante: Juan Claudio Ramírez Fuentes. Con pasado como vendedor ambulante de lentes, “El Chileno” es la actual pareja de Saravia. “Tiene un perfil muy bajo, pero maneja todo. Para mover un puesto dos metros o para cambiar una lamparita, hay que hablar con él. Ninguna decisión se toma sin su consentimi­ento”, asegura un feriante que compró un puesto de 4 x 2 durante los inicios de Urkupiña, por el que hoy paga 5.000 pesos de expensas al mes.

La incidencia de Saravia en las decisiones de Urkupiña la transformó en una de las protagonis­tas de la investigac­ión que lleva adelante el fiscal de Lomas de Zamora Sebastián Scalera. Por esa misma causa está detenido desde agosto Antequera, el otro socio mayoritari­o. También cayeron varios miembros de la barra de Boca y un ex agente de la Bonaerense que estuvo preso por el encubrimie­nto del atentado de la AMIA. Según los investigad­ores, todos forman parte de una organizaci­ón mafiosa que cobraba 800 pesos diarios por el alquiler de miles de puestos callejeros, que desalojaba a quienes no pagaban y torturaba a “pungas” y “mecheras”.

Aunque hasta el momento “Mery” no fue mencionada como parte de la causa, fuentes con acceso al expediente confirmaro­n a Clarín que tiene pedido de captura. “Es investigad­a como una pieza clave de la asociación ilícita”, explicaron desde los tribunales de Lomas de Zamora.

En Ingeniero Budge hay muchas versiones sobre el paradero de Saravia, aunque todas coinciden en que se fue de la Argentina antes de fin de año y nunca volvió. Su alejamient­o no estaría vinculado a la investigac­ión por la que cayó su socio, sino a otro conflicto: una presunta estafa mediante PayDiamond, una empresa internacio­nal que ofrecía inversione­s en falsas explotacio­nes de diamantes con ganancias anuales de hasta el 150 % (ver Un falso...).

En febrero de este año, la Procuradur­ía de Criminalid­ad Económica y Lavado de Activos (Procelac) presentó una denuncia contra PayDiamond y advirtió que no estaba autorizada para la “captación de fondos”. Fuentes de la investigac­ión confirmaro­n a Clarín que Saravia figura entre las personas acusadas. Su situación judicial es aún más compleja en Bolivia, donde se habría extendido la estafa. Allí estuvo presa y quedó imputada por el delito de “intermedia­ción financiera sin autorizaci­ón”.

 ??  ?? Tiempos felices. “Mery” Saravia y su pareja, “El Chileno” Juan Claudio Ramírez Fuentes, posan con “Quique” Antequera (derecha) y su hija Dai.
Tiempos felices. “Mery” Saravia y su pareja, “El Chileno” Juan Claudio Ramírez Fuentes, posan con “Quique” Antequera (derecha) y su hija Dai.

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