Celebró 80 años. Asistieron desde De la Rúa al Tula, además de intendentes, gremialistas y empresarios chinos.
La fiesta inolvidable y peronista de Carlos Spadone
Aseguran que fue la primera vez en su vida que cedió la batuta creativa a sus hijos. Había motivo: se trataba de celebrar sus 80 años. Y el cumpleaños de Carlos Spadone, el último sábado por la noche con ambientación versallesca, mezcló personalidades de varias épocas, además de despertar la sensación de
una Argentina que ya no existe, al decir de Jorge Telerman, con ese sentido de realidad que a veces lo caracteriza.
Se refería a que Spadone simboliza aquel país de la movilidad social ascendente. Fue vendedor a los
12 años de cubanitos en la calle hasta que su tenacidad lo reunió con Eva Perón. Cuenta la leyenda que el pedido de camisetas de Boca para sus amigos sorprendió a la entonces Primera Dama. Una carta posterior lo ayudó a ingresar en el Correo, según se ocuparon de recordar en un video. Pero fueron los encuentros posteriores con Perón en Puerta de Hierro los que lograron despertar la militancia política en quien se había convertido en empresario con la venta de las virula
nas. En la fiesta no hubo un solo detalle dejado al azar, desde los cuadros que mostraban al padre, el inmigrante genovés Francisco Spadone, que se instaló en la mendocina General Alvear, a los últimos zapatos que utilizó Perón, unos clásicos marrones que hoy siguen estando de moda. En el Cubo, el salón de proporciones exuberantes en el Complejo Al Río, de Vicente López, también se exhibían entre otros objetos de la liturgia peronistam el auto que supo pertenecer a Perón. Y uno de los pocos cuadros para los que posó Evita. Fernando de la Rúa se detuvo a observar las fotos de Puerta de Hierro mientras Martín Cabrales elo- giaba una sofisticada carta de tragos, a cargo de Ramiro Ferreri, el bar tender del momento. En cuanto algunos divisaron al ex presidente del Banco Nación, Carlos Melconian, lo rodearon. El economista cree que después de las elecciones habrá medidas. No quiso anticiparlas, pero parecía informado. Otro ex funcionario, que pidió el anonimato, contó que al Presidente Macri se lo ve enfocado en los temas y decidido a avanzar. “El problema es el en
torno, pero a Mauricio lo veo fuerte y dispuesto incluso a reformas sin el consenso de su equipo”, soltó ante la sorpresa de quienes lo escuchaban: Juan Carlos Sacco ( industria gráfica), Jorge Aufiero, el dueño de Medicus y el consultor Jorge Basso Dastugue. Un poco más allá estaba Oscar Andreani. Luis Barrionuevo y una elegantísima Graciela Camaño bromeaban acerca de los brotes verdes. “¿Dónde están, que no
se ven?”, soltaba el sindicalista de muy buen humor junto a un Miguel Angel Pierri, mucho más delgado. Ramón Hernández, ex secretario de Menem, saludaba de lo más afectuoso. Estaban el Tula y el ex intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra. Gustavo Posse, intendente de San Isidro, se acercó a estrecharle la mano especialmente. Claudio Marangoni y Pepe Scioli conversaban con una nutrida delegación
china encabezada por el embajador Yang Wanming. Otro asistente fue el diputado chino del Pro, Yuan Jian Ping,
No podía faltar una mesa de artistas. Spadone es dueño del Lola Membrives y productor teatral. Sobresalían, entre varios, Selva Aleman y su esposo Arturo Puig y Nelly Prince que hizo la publicidad de una de las virulanas de Spadone. Pero la revelación de la noche en los hits de las comedias musicales que sucedieron en el escenario (Cats, Sugar y el Diluvio que viene) fue Liza Spadone, exquisita soprano. Fiel a su estilo, Spadone puso en apuros al productor Héctor Caballero y al cantante Miguel Angel Trelles al comprometerlos con la carrera de su hija. w