Huracán hizo valer su eficacia ante un Gimnasia que está en plena construcción Con tantos de Abila y de Pussetto (2) y varias atajadas de Marcos Díaz se llevó la victoria. Colazo, el descuento.
Golpeamos en los momentos justos. Estamos peleando la zona de abajo y debemos ir día a día”. Ignacio Pussetto Rescato la idea de este equipo. Este es el camino. Falta pulir detalles, estamos fallando y cuesta caro”. Alexis Martín Arias
Este Gimnasia está exponiendo sus evidentes problemas para entender un nuevo sistema de juego. Anoche le dejó la mesa servida a un simple y efectivo Huracán y a la temible presencia de Ramón Ábila. Y en este festín, mientras aguantaba las reiteradas infracciones de los zagueros locales, el delantero aplicó el manual del goleador, tras recibir la asistencia de Pussetto -la jugada nació en una pelota infantil que perdió Guanini en la zona central- y provocar el espacio en el centro del área para girar a la derecha y sacar un remate rasante, bien de manual.
No sólo ese gol para inaugurar el resultado, a los 29 minutos, aportó
Wanchope. Ya en el segundo armó una sutil asistencia para el inspirado Pussetto, quien le puso su sello al 2-0.
Durante los noventa minutos Huracán pateó cinco veces al arco de Martín Arias. Sin embargo reducir la victoria visitante -Huracán rompió una racha de 31 años sin ganarle en La Plata a Gimnasia; su última victoria en el Bosque había sido en 1986, 2 a 1- a su efectividad sería minimizar la simpleza de un planteo que propuso ceder el espacio en la salida, dejar venir a Gimnasia y esperar el error ajenos. Interpretó muy bien ese libreto ante un Gimnasia que no consigue ensamblar el inédito estilo que busca Marcelo Soso. Esta apuesta con un técnico bielsista, por pimera vez en la historia de Lobo, todavia falla en cuestiones elementales como el pase. Paradójicamente en la ciudad de las diagonales, los pases en diagonal son un notorio déficit del equipo.
En el primer tiempo fue más aprovechado por Huracán porque supo capitaliza las imprecisiones de Gimnasia. Sin hacer nada más que tener paciencia, sin arriesgar y confiando en la peligrosidad de Ábila.
Respaldado anímicamente por lo acontecido en los cuarenta y cinco minutos iniciales, Huracán arrancó la segunda etapa esperando en su sector. Y luego de otro robo de balón en la zona central llegó su segundo festejo, con aquella habilitación de Äbila a Pussetto.
Cinco minutos después descontó Gimnasia, con Colazo aprovechando una confusión, tras el tiro libre de Alemán, para empujarla. Fue la última pelota que tocó el volante, ya que su cambio, por bajo rendimiento, estaba preparado. Con ese gol Gimnasia se despertó y fue para adelante en todo momento. Pero más por esa renovación táctica que pretende su nuevo entrenador, fue por su presión y su personalidad. Creció Rinaudo, empujando desde adelante de la línea defensiva y contagiando y Brahian Alemán tuvo mayor movilidad. Y abundaron las situaciones ofensivas, pero la voluntad local chocó con un enorme Marcos Díaz que tapó cinco chances netas.
Sobre la hora Pussetto pegó su segundo grito -con una gran definición, aunque arrancó la acción estando en posición adelantada- poniéndole el broche a un nuevo error de Gimnasia. Es cierto que a esa altura merecía el empate, sin embargo está claro que hay cosas por corregir, como lo indican los ocho goles recibidos en tres fechas sin victorias.