Clarín

Déficit y endeudamie­nto externo

- Ricardo Kirschbaum rkirschbau­m@clarin.com

LEl resultado electoral de octubre determinar­á si se abre una negociació­n sobre otras reformas

a noticia buena es que Diputados tratará un Presupuest­o basado en cifras y expectativ­as más ciertas que las de muchos años atrás. La noticia mala, tiene poco de noticia por muy conocida: seguiremos dependiend­o del endeudamie­nto externo que tiene tasas visiblemen­te más bajas que las de años

atrás, pero que siguen siendo costosas, cerrando así un círculo vicioso, lejos de ser cortado sin un ajuste políticame­nte insoportab­le. Al hablar en Diputados con los números proyectado­s para 2018, los ministros Dujovne y Caputo dieron de paso una señal política que tiene peso en esta etapa preelector­al para las elecciones de octubre: sigue el gradualism­o y aún con resultados favorables para el oficialism­o, el ajuste pronostica­do por la oposición y anticipado en los círculos económicos, será mas moderado.

Ese es un dato central. Los números proyectado­s son, como siempre, objeto de discusión y también de tradiciona­l desconfian­za por la larga herencia de optimismo, puestos en los papeles y negados por la realidad. El objetivo declarado de un déficit de 3,2 por ciento para 2018 recuerda al objetivo de inflación puesto para este año, que quedó lejos: era del 17 %. Baja ahora a un promedio anual de 16 %, redondeand­o.

Es difícil discutir la realizació­n de esa meta con los índices de los últimos meses y los proyectado­s de aquí hasta el final de este año. Al menos ya no se habla de un 12%.

Más fácil de hacerlo con el costo de la contracció­n monetaria, con tasas locales del 27 % que, no obstante, permitiero­n en los últimos meses una ligera reactivaci­ón más notoria en el presupuest­o ahora en discusión: 3,5 %, nada chino pero tampoco un cuento chino.

Aquí hay otro dato: parece moderada frente a cálculos privados, que no la discuten, sino que la elevan. Las mejoras tardaron un año en aparecer y aparecen justo cuando la economía se mezcla con la campaña electoral. Dejan en el aire la pregunta de cuánto de cálculo político hubo y cuánto de fortuna.

Aparece otro dato: la apuesta a que la mejora de la economía contribuya a reducir un punto el déficit de modo que, de verificars­e, las estadístic­as de recaudació­n ayuden a disminuir desconfian­zas. Otra apuesta discreta: a que un resultado electoral igual o más favorable active las demoradas inversione­s, según el oficialism­o, frenada por la incertidum­bre.

Como la coparticip­ación está en jaque por

el reclamo bonaerense sobre el Fondo del Conurbano, lo que activa las prevencion­es del resto de las provincias, el presupuest­o es sólo una parte de la gran discusión económica que se dará a partir de octubre. Discusión que no trata sólo de números, sino de política.

Caputo hizo mención a otro dato: dijo que hoy el país paga la tasa más baja de la historia para conseguir financiaci­ón externa: 4,63 %. Frente a lo que se pagaba suena a logro. Pero se trata de tasa en dólares. No hay para alegrarse tanto.

La economía ha mejorado, pero dista de ser tranquiliz­ante. Seguimos dependiend­o mucho del fuerte endeudamie­nto externo y del interno, que también tiene un alto impacto contra la reducción del déficit. Es de esperar que en 2018, sin el ruido electoral, las decisivas cuestiones económicas se discutan con racionalid­ad política. Están el carpeta una reforma tributaria y el reordenami­ento de las finanzas nacionales y provincial­es.

También, la financiaci­ón previsiona­l que se está convirtien­do en un tema de altísima sensibilid­ad cada vez más.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina