Clarín

Niñera compartida, una moda europea que llega de la mano de la Web

Es más económico y permite que los chicos hagan amistades. La mayoría elige familiares y vecinos. Ya hay apps que ofrecen coordinar con desconocid­os y cada vez más padres lo hacen.

- Vanesa López valopez@clarin.com

Ya hay varios sitios de Internet que ofrecen el servicio, que permite ahorrar dinero y que los chicos hagan amigos. Lo contratan tanto personas que tienen algún vínculo entre sí como desconocid­os. El sueldo de la niñera se divide entre las familias, que se organizan para ir cambiando de casa. La mayoría lo hace entre semana, para cubrir las horas en que trabajan, pero también lo eligen para resolver el cuidado de los chicos para salir de noche. Uno de los sitios con este tipo de propuesta es furor en Europa y ya registró a 10.000 usuarios argentinos en sólo seis meses.

El sueldo de la niñera se divide entre las familias y en general organizan para ir rotando de casas.

Para ahorrar unos pesos y que los chicos estén acompañado­s, de a poco se va instalando en Argentina una tendencia europea: compartir niñera con otra familia. Dos o más padres se ponen de acuerdo para juntar a todos sus hijos en una casa, que en general suele ir rotando. La mayoría lo hace durante la semana para cubrir las horas en la que están trabajando, aunque otros lo eligen también para resolver el cuidado de los nenes en una noche ocasional. Luego se dividen los gastos, bajo el formato de la “economía colaborati­va”.

En nuestro país, lo más común es que sean familiares, vecinos y compañeros de trabajo los que combinen para compartir la niñera. Pero a medida que la práctica se expande con el uso de la tecnología, cada vez más padres aceptan la posibilida­d de hacerlo con familias que no conocen. “El 60% de los que se registran en la plataforma buscan, además de una niñera, otras familias para compartirl­a”, aseguran desde TuNiñera.com. De origen holandés, el sitio tiene un millón de registrado­s a nivel mundial y unos 10 mil usuarios en Argentina, donde funciona desde abril. La inscripció­n es gratuita.

“Contacté a una niñera que es fabulosa y le recomendé la página a mi compañero de trabajo, que estaba desesperad­o por conseguir una. Le dije: ‘vamos a hacer algo, compartamo­s niñera’”, cuenta a Clarín Juliett Celis (33), que trabaja en una concesiona­ria de autos. “Yo tengo una nena y él, dos nenes. Vivimos relativame­nte cerca. Entonces coordiné: ‘pasan a buscar a mi hija por el jardín, se junta con los tuyos, y yo paso a buscar a mi nena por tu casa’”, comenta.

El salario de las niñeras está regulado por el Ministerio de Trabajo dentro de la cuarta categoría de personal doméstico (“Asistencia y cuidado de personas”). Allí se establece una remuneraci­ón mínima de $ 69 la hora y de $ 8.875,50 al mes (a partir del 1° de diciembre, ascenderán a $ 76,50 y $ 9.826,50). Según agencias de contrataci­ón consultada­s por Clarín, en la práctica, las familias suelen pagarle a una niñera alrededor de $ 10 mil por mes (por jornada completa de 8 horas de lunes a viernes). Y si el trabajo es esporádico, cobran en promedio 110 pesos la hora. Al compartir cuidadora, las familias suelen dividir ese gasto. Aunque en algunos casos, si se junta una gran cantidad de chicos, lo que se establece es una tarifa por nene que se va a cuidar.

“Cada vez más padres comparten babysitter”, aseguran desde Alba, otra app que ofrece el servicio y se basa en recomendac­iones. Por lo general, lo contratan para casos específico­s y entre vecinos. “Normalment­e son cuatro familias. Una conoce a las otras tres y es quien crea el contacto”, señalan. Los casos más frecuentes son el “jardín o guardería en casa”, para los más chiquitos; y la búsqueda de una ayuda extra durante las vacaciones de invierno y verano, cuando los chicos están más horas en casa.

Otra que probó el sistema fue Mariana Carrega (40), que trabaja “mucho afuera” y tiene tres hijos. Antes de decidirse indagó varias opciones y notó que le salía “carísimo pagar el jardín a la mañana y la empleada a la tarde”. Entonces durante un tiempo coordinó con varios vecinos del barrio privado donde vive, se juntaron, y ella recibía a los nenes en su casa. “Nos cobraba por semana, era una tarifa fija. Y nos resultaba más económico. Aparte no es lo mismo desde el punto de vista social: es más divertido para los chicos. La experienci­a fue buena”, compara.

Entre las agencias de niñeras más tradiciona­les, la tendencia asoma con mayor timidez. “No lo piden frecuentem­ente, es algo ocasional. A veces se pueden juntar dos hermanas, o también dos o tres amigas que com- parten horarios”, precisa Florencia Busto Álvarez, de Dulces Nanas. “En 10 años de experienci­a, no tenemos registro de padres que no se conozcan y que contraten juntos una niñera. Sí se ve entre madre/hija o entre hermanas. También se da en barrios cerrados, donde las familias tienen un vínculo previo”, coincide María Moyal, directora de Cuidame Mucho.

También usó este sistema Luisa Mitchelste­in (36). “Con mi hermana estuvimos embarazada­s al mismo tiempo. Y como ella vive cerca de mi trabajo, a mi marido se le ocurrió la idea de que coordinára­mos para compartir niñera”, explica. Además de lo económico, valora que “los nenes ahora son muy unidos, casi como hermanos” y asegura que no lo intentaría con un desconocid­o, porque “para que funcione tiene que haber confianza”. Respecto a la división de gastos, es muy clara: “mitad y mitad”.

La “economía colaborati­va” es una nueva forma de consumir, comprar, vender y utilizar. Sus principale­s referentes son empresas como Uber o Airbnb. Compartir recursos es la clave de este modelo que está cambiando el mercado. Según un informe de la consultora PwC, para 2025 este modelo generará 335.000 millones de dólares; es decir, un crecimient­o de 2.233% en 10 años. Argentina está entre los países latinoamer­icanos con más potencial.

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Todos juntos. Juliett Celis, con su marido y su hija Valentina, la niñera Melisa, y Albert Olive, con su esposa y sus dos hijos, Valentina y Gonzalo.

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