Alemania: ganó Merkel pero casi 90 diputados neonazis entran al Parlamento
El partido de la canciller ganó con el 33% de los votos, menos de lo esperado. La ultraderecha logró entrar al Parlamento por primera vez desde el fin de la Segunda Guerra. Hubo protestas.
La jefa de Gobierno obtuvo un tercio de los sufragios aunque cayó ocho puntos con respecto a su elección anterior. La ultraderechista Alternativa para Alemania fue la tercera fuerza y logró que los legisladores neonazis ingresen a la cámara por primera vez en 70 años.
En una jornada negra para los partidos tradicionales, la canciller Angela Merkel ganó las elecciones legislativas de ayer en Alemania, marcadas por el ascenso de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que irrumpió en el Parlamento convertida en tercera fuerza política del país.
Según las proyecciones de las cadenas públicas de TV a la espera de resultados oficiales, la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y su hermanada Unión Socialcristiana (CSU) de Baviera lograron un 33% de los votos, ocho puntos menos que hace cuatro años, y el peor resultado personal de la mandataria desde que se convirtió en canciller en 2005. También fue la peor elección de su historia para los socialdemócratas, que obtuvieron un 20,8% de los votos, frente al 25,7% de 2013.
Las consecuencias políticas de los comicios aún son imprevisibles. Pero lo seguro es que Merkel tendrá que lidiar a partir de ahora con un complicado líder de la oposición, la AfD, un partido populista antiinmigración, antiislamista y antieuropeísta.
“Que se vayan preparando para la que les espera”, advirtió el candidato de AfD, Alexander Gauland, en toda una declaración de intenciones después de que su partido obtuviese un 13,1% de los votos y entrase por primera vez en el Parlamento. “Vamos a recuperar nuestro país y a nuestra gente”, agregó el líder del partido fundado en 2013.
Es la primera vez que una formación de ese espectro entra en el Bundestag desde el final de la Segunda Guerra Mundial y, aunque ya tenía escaños en 13 de las 16 cámaras regionales del país, la presencia a escala federal multiplicará su resonancia y su financiación pública.
“Ha pasado. Ya no es solo un temor: La AfD estará en el Bundestag con racistas, revisionistas de la historia y provocadores agresivos. La República Federal de Alemania está ante un nuevo capítulo. La vida tranquila sin ultraderechistas en el Parlamento es historia”, escribió el diario alemán Süddeutsche Zeitung.
Poco después de que se conocieran los resultados, hubo manifestaciones en varias ciudades de Alemania para protestar contra la llegada de los ultraderechistas de AfD al Parlamento. En Colonia, Frankfurt, Munich y Berlín, cientos de personas se concentraron al grito de “¡Fuera nazis!” o “El racismo no es una alternativa”.
Merkel, por su parte, reconoció: “Habíamos esperado un mejor resultado, eso está totalmente claro. Pero no podemos olvidar que tenemos an-
te nosotros otros cuatro años de legislatura”. Con semblante serio, ante sus seguidores en la sede de su partido en Berlín, agregó: “Hemos logrado nuestro objetivo. Somos la primera fuerza política y tenemos el cometido de formar gobierno. Ningún partido puede gobernar contra nosotros”. Sin embargo, la jefa de gobierno es consciente de la ardua tarea que tiene por delante. “Tenemos un gran desafío ante nosotros que es la entrada de AfD en el Bundestag y tendremos que hacer un profundo análisis”, dijo.
La AfD, que se presentó en un primer momento como partido euroescéptico, supo capitalizar el descontento popular tras la crisis de refugiados de 2015, que obligó a Alemania a acoger a casi 900.000 solicitantes de asilo en solo unos meses.
El socio menor de Merkel en el gobierno de coalición hasta ahora, los socialdemócratas del SPD capitaneados por Martin Schulz, sufrieron su peor resultado electoral hasta ahora.
“Es un día triste y amargo para la socialdemocracia”, admitió Schulz. Tras este revés histórico, la cúpula del SPD decidió de forma unánime no volver a gobernar con la CDU de
Merkel y pasar a la oposición. “Una oposición fuerte es muy importante en la fase en la que ahora nos encontramos. Somos un baluarte contra los enemigos de la democracia que tenemos ahora en el Parlamento”, señaló Schulz, en referencia al AfD. Y apuntó contra Merkel por el avance de los ultraderechistas. “Creo que la señora Merkel ha conducido una campaña electoral que fue escandalosa. La negación sistemática de la política ha creado un vacío que, en parte, hábilmente ha llenado AfD”, criticó.
El Partido Liberal (FDP), socio en la anterior legislatura de Merkel, vuelve con cerca del 10,5% de los votos al Bundestag tras cuatro años relegado por una crisis interna que estuvo a punto de hacerlo desaparecer. El partido poscomunista La Izquierda obtuvo un 8,9% y Los Verdes un 8,9%, muy cerca de los resultados obtenidos en las elecciones anteriores.
El reparto de los más de 600 escaños de Parlamento todavía tendrá que afinarse, debido a la complejidad del sistema de escrutinio alemán. Pero, según las proyecciones, la alianza CDU/CSU tendrá 218 bancas, el SPD, 138, AfD 87, FDP 70, La Izquierda 59 y Los Verdes 62. La participación electoral se situó en un 77%.
Después de que los socialdemócratas descartaran reeditar la gran coalición con Merkel, sólo se perfila un pacto de gobierno posible: la llamada alianza “Jamaica” (por los colores de las agrupaciones, equivalentes a la bandera de ese país), inédita a escala federal y conformada por la CDU/CSU, Los Verdes y el FDP.
El nuevo Bundestag deberá constituirse en el plazo de 30 días y será el encargado de elegir al nuevo canciller de Alemania. Pero la votación del canciller tendrá lugar una vez que se cierren las conversaciones entre los partidos sobre posibles gobiernos de coalición, algo que se puede extender durante más de 90 días.