Clarín

Otranto sigue al frente de la causa por el desalojo

Es el expediente que se inició por el despeje de la ruta 40. Derivó en el operativo de Gendarmerí­a.

- ESQUEL. ENVIADO ESPECIAL Claudio Andrade bariloche@clarin.com

El juez federal de Esquel, Guido Otranto, no quedará totalmente ajeno a la causa, ahora en manos del magistrado Gustavo Lleral, por la desaparici­ón de Santiago Maldonado. En su oficina quedó el proceso que se sigue por el despeje de la ruta 40 el 31 de julio y que se vincula de manera directa con la investigac­ión del joven al que se lo vio por última vez, según testigos, dentro del territorio de Cushamen el 1 de agosto. De la orden del juez Otranto derivó horas más tarde el avance de un cuerpo de gendarmes hacia el interior del llamado Pu Lof. En el marco de esa orden dictada por el juez, habría desapareci­do el tatuador.

El 31 de julio, el juez Otranto le encomendó a Gendarmerí­a Nacional que libere la ruta nacional 40 de un piquete que protagoniz­aban alrededor de ocho militantes de Resistenci­a Cushamen. El grupo, entre los cuales había indígenas y personas no mapuches (entre ellos habría estado el propio Maldonado), cortando parcialmen­te la vía con árboles, fuego y piedras.

Los aborígenes obligaban a los automovili­stas a bajar la velocidad para ser “instruidos” acerca de la situación del lonko Facundo Jones Huala quien permanece detenido en la Unidad 14 de Esquel a la espera de su juicio de extradició­n a Chile.

El juez Otranto instruyó, mediante un documento enviado a los comandante­s de los Escuadrone­s 35 de El Bolsón y 36 de Esquel, reducir al mínimo el uso de la violencia y grabar en video todos los eventos de la jornada. Ninguna de las dos consignas se cumplió por completo. Los

agentes lograron despejar la ruta, pero horas después, ya en el transcurso del día 1 de agosto, los ocupantes

del Pu Lof volvieron a levantar un piquete y reaccionar­on con piedras ante la presencia de Gendarmerí­a Nacional. A su vez los gendarme utilizaron munición antimotín y gases lacrimógen­os para atemorizar a los indígenas.

Según el relato del comandante segundo del Escuadrón 36 de Esquel, Juan Pablo Escola, entonces dos de sus hombres resultaron con graves lesiones en el rostro, mientras todavía se encontraba­n en la ruta 40, por lo que decidió ingresar al territorio con un batallón de alrededor de 30 gendarmes.

Escola se amparó en la figura judicial de “delito flagrante” para obviar la orden de un juez de la Nación necesaria en otras situacione­s. Cerca de las 11.30 Escola y un grupo se abrieron paso en la zona tomada. Hay testigos que indican que Maldonado fue detenido por los agentes y trasladado en un móvil, aunque los estudios de ADN encontrado­s en los vehículos dio negativo. Por ahora, la investigac­ión busca demostrar qué ocurrió aquel mediodía.

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