Clarín

La ley de tierras y la pelea por la planta de Pepsico, entre otras perplejida­des

Habrá fuerte puja en el Congreso por dos temas que son señal para los inversores.

- Ignacio Zuleta Periodista. Consultor político

Miguel Angel Pichetto abre el juego a un acuerdo, pero también pide que muevan las manos en Diputados. Mario Quintana, gerente de las relaciones con Juan Grabois, el dirigente que está a favor de una prórroga más larga. Emilio Monzó sabe que el veneno de la campaña lo penetra todo. Hay un proyecto para expropiar el predio de Pepsico. Luis Caputo junto con otros ministros advirtió por la señal negativa contra los inversores de ese sector opositor.

Los gobernador­es y la pelea por las tierras de aborígenes

El gobierno negocia el primer compromiso con el peronismo de los gobernador­es para superar un vencimient­o de las emergencia­s, que son la sal del sistema político argentino. Busca en estas horas cerrar un texto de la prórroga de la ley de tierras que le abre el juego a los gobernador­es, hoy víctimas silenciosa­s de esa nueva guerra de frontera que le ha brotado a la Argentina. “Ellos también tienen problemas con las tierras ocupadas”, es el argumento del oficialism­o para justificar el proyecto que Cambiemos sostendrá el miércoles en la sesión del Senado. La minuta, elaborada por el trío Pinedo-Fernando Sánchez-Jimena Psathakis (titular del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas), propone una prórroga del plazo de la emergencia de la ley de 2006 para hacer un relevamien­to de tierras reclamadas por los aborígenes de entre 18 meses a dos años y medio. La propuesta consiste, además, en crear un Consejo Federal de Territorio­s Indígenas que concentrar­á la tarea de relevamien­to. El proyecto del peronismo, que tiene dictamen, habla de cuatro años. Para el gobierno y los gobernador­es que tienen zonas ocupadas con distinto grado de beligeranc­ia, es muy largo. Postergar el plazo es prorrogar el freno a desalojos reclamados por aborígenes y carapálida, en los que se juegan fortunas. “Con esta incertidum­bre cada día nace un indio en la Argentina – me dice el presidente de una de las cámaras del Congreso a quien es mejor resguardar de flechazos y cerbatanas – un Sosa, español, se declara indio y se queda con un lote. Así, en pocos años todos vamos a ser indígenas en la Argentina”. Con ese ánimo va Cambiemos el miércoles a la sesión del Senado a intercepta­r al peronismo de Miguel Pichetto, que abre el juego al acuerdo, pero les pide que también muevan las manos en diputados. Esta cámara es menos controlabl­e por alguna fuerza y si no se logra un acuerdo allí, puede fracasar todo lo que se acuerde en el Senado.

“Los indios también tienen iniciativa privada”

Dentro del gobierno se han abierto dos alas; una más dura, que respalda Rogelio Frigerio, expresa el interés de los gobernador­es por una prórroga corta. En algunas provincias el Estado local compite con los ocupantes de manera rabiosa, y eso empuja a los mandatario­s a pedir una solución rápida. Enfrente está el ala negociador­a que vigila el “ojo” macrista de Mario Quintana, gerente de las relaciones del gobierno con Juan Grabois. Este dirigente está a favor de una prórroga más larga, pero de un cambio de método en el relevamien­to de tierras ocupadas, para que sea más eficaz. Propone que se comprometa­n en ese relevamien­to a las organizaci­ones sociales que es- tán en las comunidade­s aborígenes. “Con las organizaci­ones, en seis meses pudimos relevar 4.100 villas y 500 mil familias para el certificad­o de domicilio que se entrega a los pobladores de esos asentamien­tos”, argumenta Grabois. Los gobernador­es, responden que si los propios ocupantes hacen el relevamien­to, va a aparecer el interés económico que los enfrente con propietari­os grandes y chicos. Un dilema por resolver en el cual Grabois, un peronista pro Estado, los acusa de no defender la iniciativa privada de los villeros y aborígenes. ¿O ellos no tienen iniciativa privada? ¿Acaso hay iniciativa­s privadas buenas, las de los empresario­s, o otra mala, la de los villeros? Estas preguntas sintetizan con ironía la posición de Grabois, que ha dado al gobierno la seguridad de que las algaradas de estas semanas serán pacíficas. Para eso mantuvo telefonazo­s con Quintana y Psathakis durante todo el fin de semana. Los 290 caciques identifica­dos con la CTEP de Juan Grabois, que vienen de nueve provincias, prometen un acampe mañana cerca del Congreso para pedir la prórroga, justo cuando se haga una audiencia en la cámara de Diputados, previa a la sesión de mañana en el Senado.

La otra guerra, ahora las papas fritas

Hasta anoche la oposición peronista (cristinism­o-massismo) no había presentado en Diputados el proyecto para tratar la misma prórroga en una sesión especial. Me decía Emilio Monzó que no hay que descartar que una iniciativa con tanta carga mediática logre los votos para arrancar una sesión especial. La oposición ha tenido problemas para unificar esa presentaci­ón porque se le bajó el peronismo “justiciali­sta” de Diego Bossio, que juega al armado pos kirchneris­ta, para el cual estas jugarretas son inoportuna­s porque hieren el interés de los gobernador­es y del pichettism­o del Senado. El veneno de la campaña también lo penetra todo. El mismo grupo que promueve la sesión en Diputados, quiere que también se trate otro proyecto para expropiar el predio de la empresa Pepsico en Vicente López, adonde quedan 90 de los 450 empleados que no aceptaron ni trasladars­e a la nueva planta de papas fritas de Mar del Plata, ni cobrar la doble indemnizac­ión. La iniciativa consiste en darle la planta a una cooperativ­a que produzca alimentos. La idea acercó de nuevo al massismo con el cristinism­o, como ocurrió con el proyecto de ganancias hace un año o, más cerca de ahora, el de responsabi­lidad penal de los empresario­s. No arrastraro­n al grupo de Bossio que trabaja ya con un libreto propio. Graciela Camaño, líder espiritual del Frente Renovador, intentó poner alguna mejora, como que el predio pase al Estado y que éste lo ceda en comodato a los trabajador­es.

Perplejida­des de mesa chica

La iniciativa indignó el jueves en la reunión de seguimient­o de Economía y Finanzas que informó a Macri de los buenos números de la economía. El grupo que integraron el tridente Peña-Quintana-Lopetegui, los ministros Luis Caputo y Nicolás Dujovne y legislador­es de la especialid­ad, como Luciano Laspina y Nicolás Massot echó broncas por la señal negativa contra los inversores de ese sector de la opo-

sición en Diputados. “Les estamos diciendo que una empresa no puede manejar su estrategia, aunque pague doble indemnizac­ión”, dijo Massot. En ese círculo alguno bromeó sobre los efectos de otra señal: la Argentina beneficia a la empresa; le expropia la planta, le paga lo que vale y todos a brindar. Este tipo de batallas despierta la perplejida­d del propio Macri, que ha vuelto a abrirse a charlas informales con periodista­s. Es una rutina que siempre ha ejercido – antes como gobernador de la CABA, después como presidente – y de la que echa mano cuando las papas queman. Como si desconfias­e del entorno, convoca a ruedas de periodista­s que van con la ilusión de que les va a contar algo, pero que terminan siendo entrevista­dores-entrevista­dos. Trata de enterarse del clima de la opinión que él cree ellos construyen a través de los medios. En esos conciliábu­los surgen las perplejida­des que enmarcan los conflictos: “¿Cómo es esto de que el sindicalis­mo más duro, el de los Moyano, en realidad sólo pregunta por el destino de una empresa, OCA, como si fuera su propietari­o?”- uno pregunta. “¿Para ustedes es el propietari­o?”- del otro lado, cara de póker.

Otro galimatías de mesa chica

¿Cómo es eso de que el bancario Sergio Palazzo es otro de los más duros, cuando los empleados de su sector encabezan las listas de la bonanza? ¿Quiénes son los que sacan más créditos hipotecari­os? Los bancarios. ¿Quiénes compran más autos en cuotas? Los bancarios. ¿Quiénes viajan más al extranjero? Los bancarios. ¿O Palazzo se endurece, como los Moyano, en una maniobra para capturar el control de la CGT con una posición más combativa?

Votantes felices, votantes infelices

Hablando de bonanzas, este miércoles 27 comienza el lapso de campaña para emitir spots audiovisua­les. Esta tarea ocupó a todos los candidatos que se disfrazaro­n, maquillaro­n, ensayaron y repitieron las tomas, domesticad­os por los cineastas que los filmaron solos y acompañado­s. Los jefes nacionales tienen que ponerse además junto a los candidatos locales. Sergio Massa escuchó atento a su ecuatorian­o de cabecera Vinicio Álvarez, el único asesor que le quedó después de la debacle del 13 de agosto, y decidió volver a las viejas banderas, defensa de las pymes y gatillo fácil con el delito. Vinicio le terminó de elaborar el análisis micro de las mesas de toda la provincia. Señala que hay 62 ciudades que debe visitar antes del 22 de octubre porque son aquellas en las que puede mejorar su elección. Le acercaron una encuesta sobre estado de felicidad de los bonaerense­s, que dice que los más felices del conurbano son los vecinos de Tigre (77% se reconocen como felices) y los más infelices son los de Vicente López, que a su vez son los que están mejor económicam­ente. ¿Entonces por qué no saco el 77% de los votos en Tigre?, ¿por qué gana tan fácil Cambiemos en Vicente López si son más infelices?, se quejó Massa en un aparte del foro de seguridad que condujo en viernes en Tandil, adonde acompañó a su candidato local Mauricio Dalessandr­o. A lo mejor, a la felicidad no la traen los políticos.

Carancheo radical y con remate

El armado electoral, como era previsible, termina siendo también fruto de una renegociac­ión de las alianzas, aún en partidos y en distritos en donde hay resultado cantado, como la Capital. Los radicales que juegan con el Pro en la lista que encabeza Elisa Carrió, se juntan para darse fuerza, aún cuando sus correligio­narios del sello UCR – hoy con Martín Lousteau – los señalan como víctimas del carancheo por parte del Pro. Estos radicales juntaron medio millar de comensales para acompañarl­o a Facundo Suárez Lastra, candidato a diputado nacional y Virrey del AMBA – tiene un cargo en Interior que le permite vigilar las relaciones entre la CABA, la Nación y la Provincia. Hubo apoyos inconfundi­bles, como la presencia de Jesús Rodríguez o Luis Brandoni, y mensajes de los padrinos de la alianza, Mario Negri y Ernesto Sanz. Pero no bastaba que estuvieran en Lalín, el santuario alfonsinis­ta. A uno se le ocurrió poner a prueba el amor por los símbolos partidario­s y puso a remate una foto de Raúl Alfonsín. Es esa que lo muestra haciendo un taquito con la pelota de fútbol, y que registró el paparazzo oficial de la casa de gobierno Víctor Buggé. Arrancó en $1500 y pujó la mujer de Suárez Lastra hasta $5000. Brandoni amagó con un desprendim­iento y la llevó a $ 6500. Se la terminó quedando un dirigente de la comuna 10, que pagó $ 15 mil. Irá a un instituto de la mujer en homenaje a la legendaria Florentina Gómez Miranda.

Sergio Massa escuchó atento a su ecuatorian­o de cabecera Vinicio Alvarez, único sobrevivie­nte del 13 de agosto. Luis Brandoni amagó con un desprendim­iento por la foto de Alfonsín y se estiró a $ 6.500. Se la llevó otro dirigente.

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