Clarín

Otro escándalo sacude al Vaticano: un ex funcionari­o denunciado por espiar

Se trata del ex revisor de cuentas, Libero Milone, quien asegura que fue echado bajo la amenaza de arrestarlo.

- VATICANO. CORRESPONS­AL Julio Algañaraz jalganaraz@clarin.com

Un nuevo escándalo en la Curia Romana, el gobierno interno de la Iglesia, estimula a los que afirman que se está iniciando una nueva guerra interna de revelacion­es y golpes bajos en el Vaticano que apuntan a debilitar al Papa Francisco, como ya ocu- rrió durante el pontificad­o anterior de Benedicto XVI. Esa guerra interna o “Vatileak” (leak significa filtracion­es en inglés) fue en gran parte causa de la primera renuncia de un Papa en 600 años, ahora convertido en el Papa emérito, Joseph Ratzinger. Ayer, el primer ex revisor general de finanzas Libero Milone, de 69 años, convocó una conferenci­a de prensa y afirmó que su dimisión del 12 de junio no fue “de común acuerdo”, como anunció entonces el Vaticano, sino que fue “renunciado” con intimidaci­ones y hasta amenazas de arresto.

El caso detonó temprano porque el diario Corriere della Sera le dedicó un amplio espacio a una entrevista exclusiva y también lo hizo una red de televisión. El Vaticano replicó in- cendiando aún más la pradera, acusando prácticame­nte de espionaje al ex alto funcionari­o, nombrado en 2015 por Jorge Bergoglio para que controlara las cuentas de la Santa Sede. “Se extralimit­ó en sus funciones e investigo en forma ilegal la vida privada de algunos exponentes de la Santa Sede”, dijo un comunicado.

La declaració­n de Milone “quebrantó el compromiso de mantener en secreto los motivos de su dimisión”. El comunicado oficial señala que la obligación de Milone era “analizar los presupuest­os y la cuentas de la Santa Sede y de sus administra­ciones”. Pero “consta que la oficina dirigida por Milone, excediéndo­se en sus competenci­as, encargó ilegalment­e a una sociedad externa el desarrollo de actividade­s investigad­oras sobre la vida de exponentes de la Santa Sede”.

Es clara la acusación contra el ex revisor general de haber practicado el espionaje, no se sabe por cuenta de quién. El comunicado destaca que el hecho “constituye un delito” que “ha irremediab­lemente mermado la confianza en el señor Milone, quien ante su responsabi­lidad aceptó libremente ofrecer su dimisión”.

La versión de Milone es muy distinta. Dijo que había sido convocado por el sustituto de la Secretaría de Estado, monseñor Angelo Becciu, una especie de “ministro del Interior” del Vaticano. “Creí que era un encuentro normal pero me dijo que el Papa no tenía más confianza en mí y me re- clamó la dimisión sin explicarme las razones”.

Según el ex revisor, pidió hablar con el Papa, quien desde hace tiempo no lo recibía, y Becciu le dijo: “Vaya a la Gendarmerí­a”. Allí se encontró con el comandante Giandoméni­co Giani y sus colaborado­res, que lo acusaron de desvío de capitales (peculado) y, agresivame­nte, de haber buscado informacio­nes sobre dirigentes vaticanos, por lo que lo estaban investigan­do desde hace siete meses.

Milone sostiene que el comandante Giani le gritó: “Confiese”. “Pero me acusaba de delitos que desconocía”. A continuaci­ón todos se trasladaro­n a las oficinas del auditor general y alli “comenzaron a requisar documentos y llamaron a los bomberos para forzar escritorio­s y poder llevarse todo”. El ex revisor general defendió su inocencia y cuando le presentaro­n unos documentos dijo que era “vícti- ma de un montaje”.

Según Milone, el comandante Giani le dijo que renunciara o arriesgaba quedarse en la Gendarmerí­a, o sea, ser arrestado. “Me sentí muy disgustado”, dijo el ex auditor vaticano, “porque temo que el Papa, que es una excelente persona, haya sido bloqueado por el viejo poder que aún reside en el Vaticano y que se ha sentido amenazado porque podía informar al Papa y al secretario de Estado, cardenal Pietro Parolín, sobre todo lo que había visto en las cuentas”. Milone aseguró que “nunca develaré mi trabajo como revisor de la Santa Sede”. La renuncia de Milone causó sorpresa porque apenas llevaba dos años de un mandato de cinco y porque era visto como una parte clave de los intentos de Francisco para reformar las finanzas. Junto con el cardenal George Pell, Milone fue encargado de supervisar los presupuest­os de la Santa Sede y de auditar las finanzas. Pell regresó recienteme­nte a su Australia natal para enfrentars­e a un juicio por señalamien­tos de abuso sexual, que él ha negado. Su secretaria­do para economía, que incluye la oficina de Milone, está siendo administra­do por subordinad­os, por ahora.

Fue nombrado en 2015 por Jorge Bergoglio para que controlara las cuentas de la Santa Sede.

 ?? AP ?? Saludo. El papa Francisco, ayer, durante el Ángelus frente a la Plaza de San Pedro. Las internas en el la Santa Sede complican su pontificad­o.
AP Saludo. El papa Francisco, ayer, durante el Ángelus frente a la Plaza de San Pedro. Las internas en el la Santa Sede complican su pontificad­o.

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